En una conmovedora entrevista reciente, Mía Rubín reveló que su padre, Erik Rubín, y su madre, Andrea Legarreta, ya no viven juntos. Esta confirmación llega más de un año después de que la pareja anunciara su separación en febrero de 2023, tras 23 años de matrimonio. A pesar de haber sido considerados uno de los matrimonios más estables del espectáculo, la relación entre ellos ha cambiado, pero no en los términos que muchos podrían pensar.

El anuncio inicial fue un comunicado lleno de cariño y respeto, en el que expresaron su compromiso de seguir siendo una familia a pesar de la ruptura. Resaltaron que la separación no significaba el final de su historia, sino una transformación en su relación como pareja. Según su comunicado, “seguiremos amándonos desde otro sitio”, lo que reflejó su deseo de continuar apoyándose mutuamente en la crianza de sus hijas.

Sin embargo, durante la entrevista, Mía compartió que, aunque sus padres se mantienen en buenos términos, ya no están bajo el mismo techo. La joven de 19 años mencionó que su padre vive en otra casa, y actualmente, en su hogar solo están ella y su hermana, junto con su madre. A pesar de esta separación física, la relación entre Erik y su familia sigue siendo estrecha, ya que él las visita todos los días para compartir comidas y momentos juntos. Mía destacó que, aunque su papá no vive con ellas, él sigue presente en su vida cotidiana.

La cantante y actriz también abordó rumores recientes sobre un posible matrimonio y embarazo con su pareja, Tarik Thon, tras unas vacaciones románticas en Europa. Mía rió ante las especulaciones y aseguró que, aunque los planes de boda han sido discutidos, por el momento están disfrutando de su relación sin presiones externas.

Es interesante observar cómo, a pesar de la separación, la familia Rubín-Legarreta ha mantenido unida su estructura familiar, asistiendo a eventos juntos y viajando como una unidad. Esto desafía la noción tradicional de lo que significa ser una familia tras una separación. Mía, junto con su hermana, continúa compartiendo momentos valiosos con sus padres, mostrando que el amor familiar puede perdurar a pesar de los cambios en la dinámica.

La separación de Erik y Andrea ha sido un tema de interés para los medios y los seguidores, pero a través de las palabras de Mía, queda claro que la familia sigue siendo una prioridad y que, a pesar de los desafíos, el cariño y la cercanía permanecen intactos. Esta situación no solo refleja una nueva etapa en sus vidas, sino también una lección sobre la resiliencia familiar.