Un ejemplo de fuerza y resiliencia en el camino al amor propio.

Conocemos a Bárbara de Regil a través de la pantalla por series como «Rosario Tijeras», así como la más reciente «Lalola» o películas como «Loca por el trabajo» «Quiero tu vida», entre otros proyectos que la han catapultado en el medio del entretenimiento.

Pero, detrás de esa mujer sonriente que parece no temerle a nada ni nadie, ¿quién es ella? Comenzamos una nueva temporada de nuestro podcast «Un Elefante en la Habitación» con Ana Carbajal como host, un viaje de aprendizaje, resiliencia y sororidad, en cuyo primer episodio tuvimos a Bárbara de Regil como invitada para inaugurar de una manera especial.

Se abre el micrófono y junto con éste, el corazón de la actriz mexicana para dejarnos conocerla más a fondo, lejos de los reflectores, las cámaras y los filtros.

 

La niñez y adolescencia de Bárbara de Regil

En este episodio, Bárbara de Regil admite haber sido una niña rebelde, «contestona» y distraída por su Trastorno de Déficit de Atención (TDA), «no entendía nada en la escuela, era un caos. No era lo que soy hoy, era todo lo contrario, era tímida, penosa, insegura, no era la lista del salón», era a la que hacían bullying por su aspecto físico que desprendió en inseguridad.

Además del TDA que influía en su comportamiento, se sumaban los problemas en su casa como el divorcio de sus papás, el descuido de ellos, e incluso la mano dura que llegó a recibir, lo cual no le permitió ser: «La niña que hubiera querido ser en la escuela», y que a la vez le dio motivos para tomar otras decisiones como mamá y no seguir con ese ejemplo.

La relación con sus padres

En esta ocasión, Bárbara de Regil indagó en la relación con sus padres durante sus primeros años de vida, la cual no fue la mejor, sin embargo, eso la forjó en su desempeño como madre, recomendando a los papás abrirse al dialogo y escuchar lo que sienten sus hijos.

Dejando la timidez en la primaria, en la secundaria, Bárbara de Regil se fue a vivir a Acapulco con su papá, luego del divorcio de sus padres, el cual admite: «No me pegó para nada, al contrario, si ellos van a estar bien aunque sea separados, que se separen pero que estén bien», pensaba.

En aquella etapa vivió probablemente el capítulo más difícil de su vida de los 12 a los 16 años, entre traiciones y malos momentos que la hicieron pensar en quitarse la vida. Ahí fue donde tuvo un importante declive, «empecé a hacer lo que quise», recuerda.

«Tuve muchas situaciones de peligro de los que no me salvé y de los que sí me salvé», admite. En la conversación, la actriz comparte anécdotas que marcaron su vida. «Mucho tiempo sí reclame a mi papá que por su falta de cuidados yo viví muchas cosas que no debí haber vivido a esa edad», señala.

Inconsciente en ese momento, hoy admite no tener ningún tipo de rencor a su papá. «Aunque lo trabajes, los papás siempre afectan y duelen mucho», acepta. Ante el micrófono, Bárbara de Regil comenta que un año antes de embarazarse pensó en quitarse la vida, porque quería sentir un dolor más fuerte que el que estaba viviendo en aquel entonces.

Por circunstancias del destino, fue su propio papá, quien la salvó de ese momento de vulnerabilidad. «Hay muchas maneras de solucionar y sanar», piensa hoy en día y recuerda que lo que la hizo cambiar en ese momento fue el hecho de embarazarse.

El embarazo adolescente

«Mar me salvó la vida», apunta Bárbara de Regil en la conversación con Ana Carbajal. La llegada de su hija cuando solo tenía 16 años, la hizo reflexionar sobre lo que estaba pasando, «hizo que yo le echara ganas a la vida, que quisiera hacer las cosas mejor», comenta.

En este punto, la actriz menciona que ser mamá soltera también fue algo bueno para ella «porque esa persona que me pasó a dejar a Mar, me pasó a dejar un regalo y luego se fue porque no tenía nada que hacer en mi vida», lo cual aceptó muchos años después.

¿Cómo se dio cuenta que estaba embarazada? Aunque muchas veces lo soñó, el momento en el que se dio cuenta que estaba esperando a su bebé fue cuando comenzó a tener antojos de comida que no formaba parte de su alimentación cotidiana (la cual era muy mala y le ocasionó anemia), así como ascos, por o que se hizo una prueba de sangre que dio positiva. «Yo abracé eso», reitera.

En ese entonces, su mamá fue ese apoyo que estuvo para ella después de los conflictos y alejamiento que tuvieron en el pasado, quien la salvó en el proceso, «una mamá siempre va a estar ahí», reflexiona. Una cosa que la llevó a querer ser mejor, aprender y crecer por ella, pero también por su hija.

Los obstáculos de la vida

Lo cierto es que su embarazo a tan corta edad no fue lo más complicado en esa etapa, ni el hecho de tener que crecer tan rápido, sino algunos problemas en casa como el alcoholismo de su mamá, «no me dolía que Mar estuviera en la guardería, me dolía más que mi mamá estuviera mal», algo que no le reprocha pero admite fue una situación complicada.

«Nunca estás hasta arriba de la montaña», replica en la conversación. Aquellos retos que se le presentaron la hicieron más fuerte y la llevaron hasta otro episodio en el que reconoce: «Yo no nací para ser mamá, nací para ser feliz».

Lo que ha llevado a Bárbara de Regil a encontrase consigo misma es ponerse primero antes que los demás porque como bien lo menciona primera es ella, después es mamá, esposa e hija. Lo cual se desembocó de poner límites, los cuales no conocía antes, además de un accidente en casa que marcaría su vida, pero a la vez la fortalecería, le daría fuerza y haría llegar a un grado mayor de madurez.

Camino al amor propio y aceptación

La Bárbara de Regil que hoy conocemos no es la misma que era hace unos años, al tanto comenta: «Me cansé de sufrir, me cansé de pasarla mal, me cansé de aguantar». Lo que la salvó además de las situaciones externas fue el amor propio, «suena cliché pero es lo único que te salva, tú eres la única que te puedes salvar».

«El momento en el que lo decides, vas para adelante», acepta. En su caso, fue conocer a su esposo Fernando, después de una relación tóxica, en él admite haber visto una luz que la hizo sentir paz y en un lugar seguro, «ahí fue cuando decidí dejar de sufrir. Es más fácil sentirte mal que sentirte bien».

Luego de su decisión de dejar aquella relación que no la hacía sentir bien, recuerda que cuando él le dijo que no quería volver a verla, ella respondió: «Voy a ser tan famosa que me vas a ver en todos lados», una premisa que más tarde se haría realidad.

«Ahora me amo con todo mi ser», sin embargo, Bárbara admite que antes tenía muchas inseguridades, un proceso que enfrentó al verse al espejo y un día decirse «No vas a cambiar, ¿qué tanto estás diciéndote?».

Es por eso que en sus propias palabras reitera: «Estoy en pro de que si te va a hacer sentir mejor, házlo«, palabras que resuenan desde su propia experiencia porque como ella misma menciona: «El mundo siempre tiene algo que decir en tu contra, ¿cuánto vas a soportar para caerle bien a los demás?».

Después de conocer lo que no quería y no le hacía bien, Bárbara dio ese paso de rehacer su vida y lo hizo con Fer, el compañero que la apoya y la motiva en cada una de sus desiciones. Y en este punto, comenta: «Mi carrera está primero, yo no le pregunto a nadie qué puedo hacer».

De hecho, en esta parte confiesa que «Rosario Tijeras» que más le exigió físicamente, mientras que mentalmente o hizo «Vasily», la película por la que tuvo que aprender a hablar en ruso. Sin embargo, fueron retos que la han posicionado en su carrera como actriz, en la que fue motivada por su abuelita «Chayo» (curiosamente el seudónimo de su primer gran personaje en la pantalla).

Lecciones del «hate»

Viviendo en esta era digital, otro punto importante en la vida de Bárbara de Regil ha sido el «hate» que ha enfrentado en redes sociales, aquel suscitado por la gente que muchas veces ha sacado de contexto lo que dice o hace.

Sobre éste, la actriz tiene una única postura y al tanto, reflexiona que aquellos que critican son: «Personas no sanadas, ni trabajadas internamente, que solo están reflejando todas sus heridas contigo y con los demás», la mejor manera de enfrentar esta situación en la era digital y que ella misma ha vivido en carne propia.

Después de escuchar este episodio con Bárbara de Regil, ahora podemos tener una nueva impresión de la mujer, más allá de la actriz porque sus batallas, fuerza y resilencia la han convertido en lo que es hoy, ese ser humano que se ama tanto que puede irradiar ese amor a quienes la rodean.

¿Ya escuchaste el primer episodio de la temporada dos de «Un Elefante en la Habitación»? Aquí te lo dejamos.

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