Un ejemplo de vida: Pablo Acuña, el hombre sin brazos ni piernas que sacó adelante a su familia
Nació sin brazos ni piernas, pero eso no le impidió convertirse en un ejemplo de fortaleza y amor incondicional. Pablo Acuña, un hombre de Paraguay, nos demuestra día a día que no hay obstáculo que la perseverancia y la voluntad no puedan superar. Su historia ha tocado el corazón de miles de personas, llenándonos de admiración y esperanza.
Una vida marcada por el amor materno
Pablo Acuña junto a su madre de 90 años. Foto: © Élida Acuña / Twitter
Desde su nacimiento, la vida de Pablo estuvo llena de retos. Sus extremidades superiores e inferiores no lograron desarrollarse completamente, lo que definió su realidad desde el inicio. Como el hijo más pequeño de la familia, Pablo quedó al cuidado de su madre, quien, con más de 90 años de vida, sigue apoyándolo con un amor y una dedicación incomparables.
Durante toda su vida, Pablo ha utilizado una carretilla como su medio de transporte, y según su hija menor, incluso duerme en ella. “Prácticamente vive en su carretilla, que es como sus piernas”, afirma ella. Este ingenioso recurso le ha permitido llevar una vida lo más independiente posible.
Un padre ejemplar
Pablo Acuña junto a su hija menor. Foto: © Élida Acuña / Twitter
A pesar de su condición, Pablo formó una familia y tuvo dos hijas que se convirtieron en su razón de ser. Sin embargo, la vida le planteó un nuevo desafío cuando su pareja decidió abandonar el hogar, dejando a Pablo al cuidado de sus pequeñas hijas.
“Cuando yo tenía cuatro meses, mi mamá nos abandonó. Ahora tengo 26 años y mi hermana mayor 29. Mi papá y mi abuela se encargaron de nosotras”, cuenta Élida Acuña, su hija menor.
A pesar de las dificultades, Pablo logró criar a sus hijas con amor y dedicación, inculcándoles valores y enseñándoles a enfrentar la vida con optimismo. “Nunca vi a mi papá triste. Siempre está alegre y me da consejos muy sabios, aunque nunca fue a la escuela. Es una persona muy inteligente, yo le admiro”, confiesa Élida.
De vuelta a casa por amor
El amor entre Pablo y sus hijas es tan fuerte que Élida, su hija menor, decidió dejar su vida en Argentina para regresar a Paraguay y cuidar de él.
“Mi papá es mi mundo. Él es mi amigo, confidente y el mejor papá del mundo. Por eso dejé mi vida en Argentina y vine a quedarme para poder cuidarle, porque mi abuela ya no puede hacerlo porque está viejita”, cuenta emocionada.
El cuidado de su padre no es una tarea fácil. Pablo depende completamente de otra persona para sus necesidades diarias, pero para Élida, todo esfuerzo vale la pena.
Además, siempre busca cumplir los pequeños deseos de su papá, como preparar su comida favorita para su cumpleaños: “Me pidió una torta y empanadas. Siempre trato de darle sus gustos si está a mi alcance”, declara.
Un ejemplo de lucha y esperanza
© Canal 2 – Caleta Video Cable / Facebook
Ahora, tras haber celebrado su cumpleaños número 60, la historia de Pablo Acuña ha inspirado a miles de personas que lo ven como un verdadero ejemplo de vida. Su fortaleza, determinación y amor por su familia son una lección para todos nosotros.
La vida de Pablo es una prueba de que, con voluntad y amor, se pueden superar incluso los mayores desafíos. Su historia nos invita a reflexionar y a valorar cada pequeño detalle de nuestra propia vida. Sin duda, Pablo Acuña y su familia son un verdadero testimonio de que el amor y la perseverancia son fuerzas imparables.