La leyenda de Lolita Pluma: La mujer que dedicó su vida a los gatos en Las Palmas

Lolita Pluma, una figura icónica de Las Palmas de Gran Canaria, es recordada por su inusual vida y su extraordinario amor por los animales, en especial, los gatos. Nacida el 4 de marzo de 1904 y fallecida el 21 de febrero de 1987, Lolita se convirtió en un personaje emblemático de la ciudad, ganándose el apodo de “La loca de los gatos”. A lo largo de los años, su historia ha quedado inmortalizada, tanto por sus acciones como por el monumento que hoy se erige en el Parque de Santa Catalina en su honor.

En este parque, Lolita pasaba sus días vendiendo caramelos, peinetas y pequeñas chucherías. Con lo que ganaba, no solo mantenía su modesta existencia, sino también a su “pandilla” de gatos, quienes dependían de ella para su alimentación y cuidado. Lolita no solo les proporcionaba comida, sino que también se aseguraba de que tuvieran atención veterinaria, lo que era un gesto de enorme compasión para la época.

A pesar de que algunos la consideraban excéntrica, para muchos otros Lolita era una heroína local, una mujer que dedicó su vida al bienestar de los animales, desafiando las normas sociales. Su amor incondicional por los gatos, junto con su presencia constante en el parque, la convirtieron en un símbolo de bondad y empatía en la ciudad.

Tras su muerte, fue nombrada mujer honorable de Las Palmas, y su legado sigue vivo no solo en la memoria de los lugareños, sino también en todos aquellos que visitan el monumento en el parque. Lolita Pluma sigue siendo un faro de inspiración para los amantes de los animales y una figura inmortal en la historia de Las Palmas de Gran Canaria.