Problema inesperado: ¡A la invitada Rocío Sánchez Azuara se le olvidó lo que iba a decir en pleno espectáculo!

Callejón de la Amnesia Momentánea.- Un invitado al programa “Acércate a Rocío” olvidó lo que tenía que decir y eso que se trataba de una “historia real”.

En uno de esos momentos de la televisión abierta que pasarán a la posteridad, un sujeto que estaba en el programa de Rocío Sánchez Azuara se quedó pasmado en plena transmisión, confirmando lo real y espontáneo de las historias.

El momento sucedió en una fina cápsula titulada “Mi novio y mi primo se están dando cariño”, y cuando había tres jóvenes invitados al estudio que deliberarían justo eso, sí se estaban o no dando cariño, o solo estaban reforzando lazos en honor a la chica, que sucedió la magia.

Fue cuando la famosa conductora estaba interrogando a un joven de nombre “Eder” que éste se “congeló” causando incomodidad no solo a quienes estaban viendo el programa sino a la chica que debería valorar seriamente cambiar de novio.

“¿Tú le tienes miedo, Eder? ¿o no? ¿Eder? ¿Me escuchas?”, pregunta reiteradamente Rocío al tiempo que vemos al chavo filosofando sobre la inmortalidad del cangrejo.

Luego de varios segundos donde el sujeto nomás no reaccionaba, finalmente vuelve en sí y contesta con un “Perdón, ¿me hablabas a mí?”, tornando así el serio programa en una comedia de primer nivel.

“Pues sí, tú eres ‘Eder’”, revira Rocío haciéndonos recordar aquel capítulo de los Simpson cuando Homero se convierte en el “Señor Thompson”.

El programa de Rocío Sánchez Azura se volvió una comedia

La situación ha provocado todo tipo de burlas y memes en las redes sociales, incluyendo uno que otro usuario que se ha dado cuenta que las historias del programa no son tan “reales” como siempre se había asegurado que lo eran, con su respectivo desgajamiento de corazoncito.

El portal “eldeforma.com” es un diario satírico cuyo único fin es el entretenimiento. Todos sus contenidos son ficción(excepto la categoría “Increíble pero cierto”  y no se corresponden con la realidad.

Todos los referentes, nombres, marcas o instituciones que aparecen en la web se usan como elementos contextuales, como en cualquier novela o relato de ficción.