La vida de Chalino Sánchez está marcada por el éxito, pero también por la tragedia y el crimen, un conjunto de elementos que le otorgaron una relevancia especial en la música regional mexicana. Conocido como el rey de los corridos, Chalino transformó este género musical con su voz única y su talento indiscutible. Sin embargo, su ascenso a la fama fue acompañado de innumerables tragedias personales que terminaron por culminar en su trágica muerte. A pesar de las adversidades, su legado sigue siendo recordado hoy en día como una figura influyente y esencial en la música mexicana.
Chalino Sánchez nació como Rosalino Sánchez en un rancho llamado Las Flechas, en el municipio rural de Sinaloa, México, el 30 de agosto de 1960. Criado en una familia de escasos recursos y marcado por la pobreza, su infancia estuvo llena de desafíos. A los 15 años, enfrentó una situación que cambiaría su vida para siempre cuando, en defensa de su hermana, disparó y mató a un hombre que la había abusado. Este acto de violencia lo obligó a huir de su hogar y, en busca de nuevas oportunidades, emigró a Tijuana, donde comenzó a trabajar como coyote, traficando inmigrantes hacia Estados Unidos, un trabajo peligroso que marcaría el inicio de su tumultuosa vida.
Su camino hacia la fama musical comenzó cuando Chalino cruzó la frontera hacia Estados Unidos en 1977 como inmigrante indocumentado. A pesar de los desafíos, encontró trabajo en granjas, lavó platos, vendió autos y, eventualmente, incursionó en el tráfico de drogas, una faceta que formaría parte de su vida y de sus corridos. A lo largo de los años, su talento para contar historias lo llevó a componer y cantar corridos que reflejaban las dificultades que vivió, y que rápidamente lo convirtieron en una figura popular en la música de los narcocorridos. A principios de los años 80, su música ya era conocida en la región y comenzó a grabar sus primeros demos en colaboración con el Grupo Norteño Los Cuatro del Norte.
En 1989, un paso crucial en su carrera llegó cuando fue descubierto por Pedro Rivera, quien lo contrató para grabar en su estudio y distribuir su música a través de su discográfica, Cintas Acuario. La música de Chalino se popularizó rápidamente, convirtiéndose en un referente del género. Sin embargo, su vida personal estuvo marcada por tragedias. En 1992, mientras se encontraba en una actuación en Coachella, California, Chalino fue tiroteado por un hombre llamado Eduardo Gallegos, quien le disparó en plena presentación. A pesar de intentar defenderse, las heridas fueron fatales, y Chalino murió poco después. Su muerte, aunque trágica, provocó un aumento en la popularidad de su música, que pasó a ser escuchada masivamente.
A pesar de los problemas de seguridad y los conflictos con su entorno, Chalino continuó trabajando hasta el día de su muerte. Después de su fallecimiento, se especuló mucho sobre su vida y el asesinato, con varias teorías que involucraban su relación con el narcotráfico, pero nunca se ha confirmado oficialmente ninguna de estas hipótesis. Sin embargo, su legado sigue vivo gracias a sus corridos, que siguen siendo un testimonio de su vida y su influencia en la música mexicana.
La historia de Chalino también está ligada a su familia. Estaba casado con Marisela Vallejos, con quien tuvo dos hijos, Cynthia y Adán. Su hijo, Adán Sánchez, también mostró promesas como cantante, pero su vida fue trágicamente arrebatada cuando, en 2004, sufrió un accidente automovilístico que terminó con su vida a los 19 años. La comunidad artística lamentó profundamente la muerte de Adán, quien se encontraba en plena ascensión en la música.
En cuanto a la vida amorosa de Chalino, se sabe que estuvo involucrado con varias mujeres a lo largo de su vida. Sin embargo, su relación con Marisela Vallejos fue una de las más significativas. Marisela ha compartido algunas historias sobre cómo conoció a Chalino, quien, a pesar de su dura vida, siempre mostró un profundo amor por su familia. Después de su muerte, Marisela se mudó a Los Ángeles, donde ha mantenido un perfil bajo, alejada de la vida pública.
La vida de Chalino Sánchez, marcada por el éxito y la tragedia, sigue siendo una inspiración para muchos. Su música y su legado continúan siendo una fuerza poderosa en la música mexicana, mientras su historia de vida y muerte sigue siendo un misterio que ha fascinado a generaciones. A pesar de los desafíos y la violencia que enfrentó, Chalino se mantiene como una de las figuras más importantes en la música latina, cuya influencia y legado perduran en el tiempo.