En un emotivo episodio de su podcast «El Decálogo del Éxito», Don Francisco reveló un capítulo desconocido y conmovedor de su vida familiar.

Mientras su carrera televisiva despegaba y era aclamado por su talento para hacer reír a las audiencias.

Enfrentaba en privado uno de los desafíos más difíciles: la enfermedad grave de su hijo. La lucha contra una rara apendicitis puso a prueba la fuerza y el amor de su familia como nunca antes.

En sus palabras, Don Francisco describió cómo su hijo estuvo al borde de la muerte debido a una apendicitis retrosecal, una condición poco común que desencadenó una peligrosa peritonitis.

Mientras el público lo admiraba por su humor en la televisión, él confesó que internamente se debatía entre la risa y las lágrimas.

El peso de la preocupación y el miedo marcaban sus días, incluso cuando las luces de los reflectores brillaban sobre él.

A pesar de haber emergido exitoso en su carrera, Don Francisco reveló que se enfrentaba a una crisis personal.

Reconoció abiertamente que durante esos años, había descuidado a su familia en pos de su ascenso en la televisión.

Se culpó por haber invertido más tiempo en aplausos que en abrazos, más esfuerzo en su trabajo que en el cuidado y la atención hacia los suyos.

Este momento de adversidad fue una llamada de atención para el animador. En un acto de sincera autocrítica.

Admitió haber priorizado mal y haberse desequilibrado entre el éxito profesional y su vida familiar.

Reconoció que el aplauso del público no podía compensar el tiempo perdido con sus seres queridos, ni reemplazar el cariño y la presencia que tanto necesitaban.

Afortunadamente, su hijo logró recuperarse y la familia salió fortalecida de esta experiencia.

Don Francisco reflexionó sobre el valor de la familia y el precio que había pagado por descuidarla en aras del éxito.

Esta lección lo llevó a reevaluar sus prioridades y a comprometerse a equilibrar su vida laboral con su vida familiar, lamentando profundamente no haberlo entendido antes.