En el mundo del entretenimiento, las historias de amor a menudo capturan la atención del público, pero no todas las parejas eligen seguir el camino tradicional del matrimonio. Un ejemplo reciente es el de Humberto Zurita y Stéphanie Salas, cuya relación ha sido objeto de gran interés y especulación desde que confirmaron su romance en septiembre de 2022.

Humberto Zurita, conocido por su carrera en la actuación y su matrimonio anterior con Christian Bach, es ahora pareja de Stéphanie Salas, la hija de la famosa actriz Silvia Pasquel. Su relación, que fue revelada tras meses de rumores y especulaciones, sorprendió a muchos, ya que Zurita había estado en una relación profundamente significativa con su difunta esposa durante 34 años, antes de su fallecimiento en 2019.

A pesar de la atención que ha recibido su relación, Zurita ha dejado claro que el matrimonio no es una prioridad para él en esta etapa de su vida. En una reciente entrevista, el actor expresó su postura de manera contundente: “No, no nos vamos a casar. Ya no se usa, no está de moda, eso no se casan los que quieren fiesta”. Con 69 años, Zurita considera que el matrimonio es más adecuado para las generaciones jóvenes, y su declaración refleja una perspectiva que ha mantenido durante algún tiempo.

Este punto de vista no es nuevo para Zurita. En ocasiones anteriores, ha manifestado que el matrimonio no es esencial para él. Según él, el compromiso formal a través del matrimonio es una tradición que ya no se ajusta a su visión de la vida en la actualidad. “Estamos en otro siglo, ya no se usa eso. No entre gente mayor que se casen los jovencitos. Nosotros la estamos pasando muy bien”, comentó Zurita. Esta visión también se ha visto reflejada en la forma en que ambos han manejado su relación, disfrutando de su tiempo juntos sin las formalidades que suelen acompañar al matrimonio.

A pesar de su postura sobre el matrimonio, Zurita no escatima en elogios hacia Stéphanie Salas. Describe a su novia como una presencia positiva y enriquecedora en su vida, destacando que su relación ha sido una segunda oportunidad para encontrar la felicidad. “Estamos viviendo una vida muy plena, muy padre. Yo en una segunda oportunidad estamos felices”, comentó el actor. Para él, la relación con Stéphanie es una oportunidad para disfrutar de la vida de una manera significativa, sin la necesidad de formalizar el vínculo a través del matrimonio.

El hecho de que Zurita y Salas hayan asistido juntos a eventos destacados, como la boda de Michelle Salas, demuestra la solidez de su relación. Sin embargo, cuando se le pregunta sobre la posibilidad de una boda, Zurita ha sido claro en su respuesta. La relación continúa evolucionando de manera positiva, y ambos disfrutan de su tiempo juntos, pero el matrimonio no está en sus planes inmediatos. “Siempre lo esperé, pero eso de boda no, al que le acomode”, dijo Zurita, subrayando que su enfoque está en disfrutar de la relación tal como es, sin presiones externas.

La postura de Zurita sobre el matrimonio ha generado una variedad de reacciones. Para algunos, es una visión refrescante que desafía las convenciones sociales, mientras que para otros puede ser una sorpresa, dado el enfoque tradicional que a menudo se asocia con las relaciones de alto perfil en el mundo del espectáculo. Sin embargo, lo que es evidente es que tanto Humberto Zurita como Stéphanie Salas están comprometidos con su relación de manera sincera y genuina, disfrutando del tiempo que pasan juntos y valorando la conexión que han desarrollado.

En resumen, la relación entre Humberto Zurita y Stéphanie Salas es un testimonio de cómo las personas pueden encontrar la felicidad en sus propios términos, independientemente de las expectativas sociales o las normas tradicionales. Aunque el matrimonio no es una opción para ellos en este momento, su amor y compromiso mutuo son claros, y ambos están disfrutando de una relación significativa y enriquecedora. En última instancia, lo que importa es cómo cada pareja define y vive su propia felicidad, y para Zurita y Salas, eso significa continuar construyendo su vida juntos sin necesidad de un contrato matrimonial.