Raúl Velasco sigue siendo una de las figuras más emblemáticas de la televisión mexicana, a pesar de que ya han pasado más de 18 años desde su fallecimiento en 2006.

Conocido por ser el creador y conductor del icónico programa Siempre en Domingo, Velasco no solo dejó una huella indeleble en la industria del entretenimiento, sino que también se convirtió en una pieza clave para la promoción de artistas que hoy en día son leyendas de la música en español. Sin embargo, detrás de su innegable éxito, su vida estuvo marcada por polémicas, momentos incómodos y relaciones complicadas tanto a nivel profesional como personal.

Raúl Velasco Ramírez nació el 24 de abril de 1933 en Celaya, Guanajuato, en el seno de una familia modesta. Sus padres regentaban una pequeña tienda de abarrotes llamada “La Violeta”. Desde pequeño, Raúl ayudaba a sus padres en la tienda, lo cual le inculcó una fuerte ética de trabajo. No obstante, sus compañeros de escuela lo apodaban “El Marinero” debido al hábito de su madre de vestirlo con un traje de marinero, y también lo llamaban “La Violeta”, en referencia a la tienda familiar.

Desde joven, Velasco asumió diversos trabajos para apoyar a su familia, incluyendo ser ordeñador de vacas y operador de tractores. A pesar de no tener una educación formal extensa, ya que abandonó la escuela secundaria, sus experiencias en la vida laboral formaron las bases de su futuro éxito. A los 20 años, decidió mudarse a la Ciudad de México para buscar nuevas oportunidades. Comenzó trabajando en el Banco Nacional de México y, paralelamente, se involucró en el periodismo deportivo.

En diciembre de 1969, Raúl Velasco recibió la oportunidad de presentar Siempre en Domingo, un programa que rápidamente se convertiría en la piedra angular de la televisión mexicana. En sus inicios, el programa se transmitía por el Canal 4, pero con el tiempo pasó al Canal 2, consolidándose como un espacio obligatorio para los artistas emergentes y consagrados de la época.

Siempre en Domingo era más que un simple programa de variedades; era la puerta de entrada al éxito para los artistas que deseaban triunfar en México y Latinoamérica. Velasco, con su peculiar estilo y su famosa frase “¡Sí hay más!”, moldeó el panorama musical de México desde la década de 1970 hasta la de 1990. Artistas como Vicente Fernández, Juan Gabriel, Luis Miguel, Thalía, Lucero, Yuri y Maná encontraron en su programa el trampolín hacia la fama.

Sin embargo, no todos los momentos en Siempre en Domingo fueron idílicos. Velasco era conocido por sus comentarios agudos e incluso críticos hacia los artistas. Un ejemplo famoso es el momento incómodo que vivió con una joven Shakira, cuando la recibió con un abrazo demasiado entusiasta que la dejó visiblemente incómoda. A pesar de estos momentos, la importancia del programa en el lanzamiento de carreras artísticas es innegable.

Velasco tuvo una influencia considerable no solo en la industria del entretenimiento, sino también en las esferas sociales y políticas. Gracias a su amplio alcance y sus conexiones, era consciente de su capacidad para moldear la opinión pública, lo que llamó la atención de las autoridades de seguridad estatal. Según archivos desclasificados por el gobierno mexicano, Raúl Velasco fue objeto de vigilancia debido a su influencia y sus conexiones con figuras poderosas.

En 1981, lanzó junto a Alberto del Bosque el festival Juguemos a Cantar, un evento dirigido a descubrir nuevos talentos infantiles. El festival impulsó la carrera de artistas como Lucero y Thalía, quienes más tarde se convirtieron en estrellas de la música y la televisión.

A lo largo de su carrera, Velasco fue conocido por su manera de abordar y criticar a los artistas. Un caso conocido fue cuando reprendió a Coque Muñiz por utilizar playback en lugar de cantar en vivo, exigiéndole que cumpliera con los estándares del programa. Sin embargo, Velasco también mostró humildad en algunas ocasiones, como cuando se disculpó públicamente con un artista conocido como Fox, a quien había criticado duramente durante su primera presentación en el programa.

Raúl Velasco estuvo casado dos veces. Su primer matrimonio fue con Hortensia Ruiz, con quien tuvo tres hijos: Raúl, Claudia y Arturo. Después de separarse, se casó con Dorle, una mujer alemana con quien tuvo otros dos hijos. Su vida personal no estuvo exenta de rumores, incluyendo supuestas relaciones con figuras del espectáculo como la cantante Yuri y la comediante María Elena Velasco, conocida como “La India María”.

En los últimos años de su vida, Raúl Velasco enfrentó problemas de salud relacionados con la hepatitis C, lo que eventualmente lo llevó a someterse a un trasplante de hígado. Esta condición fue una de las razones por las que Siempre en Domingo salió del aire en 1998, tras casi tres décadas de transmisión.

El último episodio del programa fue emotivo y estuvo marcado por la presentación de Thalía, quien interpretó la canción Amor Eterno en honor a Velasco. La cancelación del programa fue atribuida en parte a la decisión de Emilio Azcárraga Jean de reducir su duración, lo que generó tensiones entre Velasco y Televisa.

Raúl Velasco falleció el 26 de noviembre de 2006 en Acapulco, Guerrero, a la edad de 73 años. Su muerte marcó el fin de una era para la televisión mexicana, pero su legado perdura hasta hoy. Siempre en Domingo no solo fue un programa de televisión, sino un punto de referencia cultural para varias generaciones de mexicanos y latinoamericanos. A pesar de las controversias, Raúl Velasco sigue siendo recordado como el hombre que dio voz a innumerables artistas y dejó una marca indeleble en la historia de la televisión.

Su viuda, Dorle, compartió recientemente algunos recuerdos humorísticos de su vida matrimonial, revelando el lado más humano y ligero de Raúl. A pesar de los desafíos y las polémicas que rodearon su carrera, Velasco logró construir una plataforma que definió el rumbo del entretenimiento en México durante casi 30 años.

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