Meche Carreño: La vida, el legado y la trágica partida de una leyenda del cine mexicano

Mercedes “Meche” Carreño, una de las actrices más emblemáticas del cine mexicano de los años 70, dejó una marca imborrable en la historia del entretenimiento en México. Conocida como un símbolo erótico y una actriz de talento excepcional, su vida estuvo llena de triunfos artísticos, luchas personales y tragedias. Aunque partió de este mundo en 2022, su legado permanece vivo en los corazones de quienes la admiraron.

María de las Mercedes Carreño Nava nació el 15 de septiembre de 1947 en Minatitlán, Veracruz. Desde joven, Meche mostró un espíritu libre y una fuerte inclinación hacia las artes. Su carrera comenzó como modelo, donde se destacó por su imagen audaz y moderna. Conocida como la “chica monokini”, atrajo la atención por su actitud desinhibida, encarnando el espíritu de una era que desafiaba las normas conservadoras.

Su pasión por la actuación la llevó a estudiar drama en la prestigiosa Academia Andrés Soler de la Asociación Nacional de Actores. Su debut teatral llegó en 1964 con El hombre y su máscara, una obra escrita y dirigida por Carlos Ancira. Este fue un momento clave en su carrera, ya que compartió escenario con figuras como Alejandro Jodorowsky, quien más tarde jugaría un papel importante en su vida profesional.

Meche debutó en el cine a mediados de los años 60 con obras como El pícaro y El Santo contra el varón de cobre. Sin embargo, no fue hasta 1967, con la película Damiana y los hombres, que se convirtió en estrella. Además de interpretar el papel principal, Meche también coescribió el guión, demostrando su versatilidad y talento. Aunque la película recibió críticas mixtas, consolidó su posición como uno de los íconos más emblemáticos de la época.

En 1974, Meche alcanzó un nuevo hito en su carrera al trabajar con el legendario Emilio “El Indio” Fernández en La Choca. Su poderosa actuación en esta película le valió el premio Ariel a la Mejor Actriz de Reparto, solidificando su lugar en la élite del cine mexicano. Posteriormente, colaboró nuevamente con Fernández en Zona roja (1976), consolidando una relación profesional que marcó la cúspide de su carrera.

Los años 70 representaron la época dorada de Meche Carreño, no sólo como actriz sino también como productora y guionista. En una época en la que el cine mexicano estaba dominado por el sensacionalismo y los temas clichés, Meche destacó por su enfoque audaz y reflexivo. A través de películas como La mujer perfecta y El inocente, abordó temas tabú como el empoderamiento de la mujer y la desigualdad social, desafiando las normas de su tiempo.

En La mujer perfecta, Meche interpretó a Marcela Nava, un personaje que reflejaba aspectos de su propia vida. La película exploraba las luchas de una mujer atrapada entre las expectativas sociales y su deseo de independencia. Esta narrativa personal y provocadora mostró la capacidad de Meche para conectar con el público, no solo a través de su sensualidad, sino también con historias emocionalmente resonantes.

Meche Carreño también dejó su huella en la música y el cine a través de su colaboración con Juan Gabriel. Su participación en el video musical de He venido a pedirte perdón marcó un momento icónico en su carrera, donde su presencia magnética y sensual cautivó al público. Esta asociación continuó en películas como El Noa Noa y Es mi vida, cimentando su amistad con el icónico cantante.

Además de su impacto en la industria, Meche enfrentó desafíos personales significativos. Se casó en dos ocasiones, primero con el fotógrafo José Lorenzo Zakani y luego con el escritor Juan Manuel Torres. Ambos matrimonios marcaron momentos importantes en su vida, pero también estuvieron acompañados de tragedias y pérdidas que impactaron profundamente su espíritu.

Aunque disfrutó de una carrera exitosa, la vida de Meche estuvo llena de momentos oscuros. Su matrimonio con Zakani terminó en divorcio, lo que la llevó a replantear su vida personal y profesional. En 1974 conoció a Juan Manuel Torres, quien escribió el guion de La otra virginidad, una de las películas más importantes de su carrera. Se casaron en 1976 y tuvieron un hijo, Juan María Torres. Sin embargo, la felicidad fue efímera, ya que el matrimonio terminó en 1979, y al año siguiente Torres falleció trágicamente en un accidente automovilístico.

La tragedia más devastadora ocurrió en 1988, cuando su hijo Juan María murió en un accidente en Nueva York. Esta pérdida dejó a Meche profundamente afectada, llevándola a alejarse del cine y buscar consuelo en la escritura y el activismo. A pesar de sus esfuerzos por seguir adelante, el dolor nunca la abandonó.

Tras la muerte de su hijo, Meche decidió retirarse del mundo del espectáculo y mudarse a Estados Unidos. Aunque ocasionalmente hizo apariciones en televisión y recibió reconocimientos por su trayectoria, prefirió mantenerse alejada del ojo público. En sus últimos años, se dedicó al activismo ambiental y a escribir, mostrando un profundo compromiso con causas sociales.

En 2009, fue homenajeada en el Festival Internacional de Cine en San Miguel de Allende, donde recibió el premio Cruz de Plata en reconocimiento a su legado artístico. Este tributo resaltó su impacto en la industria del cine y su papel como pionera en abordar temas controvertidos en sus películas.

Meche Carreño falleció el 21 de julio de 2022 a los 74 años, tras luchar contra el cáncer de hígado. Su muerte dejó un vacío en la industria del cine mexicano, pero su legado perdura a través de sus películas y el impacto que tuvo en la cultura. Fue recordada como un símbolo de libertad, una artista valiente y una mujer que desafió las convenciones de su tiempo.

A lo largo de su vida, Meche Carreño demostró que el arte puede ser una herramienta poderosa para el cambio social. Su valentía, talento y determinación dejaron una marca indeleble en el cine mexicano, inspirando a generaciones futuras a seguir sus pasos.