Raúl Velasco, una figura icónica y controvertida del entretenimiento mexicano, marcó una era con su legendario programa “Siempre en Domingo”.
Durante tres décadas, este programa no solo lanzó las carreras de innumerables artistas, sino que también consolidó a Velasco como una de las personalidades más influyentes de la televisión en México. Sin embargo, su trayectoria estuvo llena de altibajos, controversias y un final agridulce que lo llevó a enfrentar una profunda caída tras la cancelación de su programa.
Nacido el 24 de abril de 1933 en Celaya, Guanajuato, Raúl Velasco creció en una familia modesta y desde joven demostró una fuerte ética de trabajo. Ayudó en la tienda de comestibles de su familia y desempeñó diversos trabajos como operador de tractores, mensajero y conductor. Estas experiencias moldearon su carácter y lo impulsaron a buscar mayores oportunidades.
La carrera de Velasco comenzó a despegar cuando empezó a escribir para una revista deportiva enfocada en el frontenis, un deporte que practicaba activamente. A los 20 años se mudó a la Ciudad de México, donde colaboró con importantes periódicos como “El Heraldo”. Su talento como narrador lo llevó a convertirse en editor de entretenimiento, un paso que eventualmente lo condujo al mundo de la televisión.
El 14 de diciembre de 1969, Raúl Velasco debutó con “Siempre en Domingo” en el Canal 4 del Telesistema Mexicano. Este programa rápidamente ganó popularidad y, tras la fusión de Telesistema Mexicano y Televisión Independiente de México, se trasladó al Canal 2 en 1973. “Siempre en Domingo” se convirtió en un fenómeno cultural, sirviendo como trampolín para artistas nacionales e internacionales y consolidando a Velasco como una figura prominente del entretenimiento.
A lo largo de los años, Velasco estuvo al frente de este programa, influyendo en la industria musical y televisiva de manera significativa. Era conocido por su capacidad para decidir qué artistas recibirían su apoyo, lo que lo convertía en una figura tanto admirada como temida. Sin embargo, a principios de los años 90, comenzaron a surgir problemas. La salud de Velasco empezó a deteriorarse, lo que afectó su capacidad para mantener el exigente horario de “Siempre en Domingo”. Además, un cambio en la administración de Televisa, encabezado por Emilio Azcárraga Jean, marcó el inicio del declive del programa.
El 19 de abril de 1998, “Siempre en Domingo” emitió su último episodio. Para entonces, Velasco ya enfrentaba serios problemas de salud y personales. La cancelación del programa fue un golpe devastador para él, quien había sido una figura central del entretenimiento mexicano. Sin su programa, Velasco se encontró desempleado y luchando por adaptarse a una nueva realidad. Intentó regresar a los medios con programas de radio, pero no logró replicar el éxito de su carrera televisiva.
Los últimos años de Raúl Velasco estuvieron marcados por episodios de depresión y la búsqueda de oportunidades que nunca se materializaron. En una entrevista, confesó que la experiencia de buscar trabajo nuevamente fue humillante. Amigos cercanos revelaron que se sintió traicionado por algunas personas que había considerado parte de su círculo cercano, lo que profundizó su tristeza y desilusión.
Sin embargo, Velasco también encontró maneras de canalizar su creatividad. Produjo programas de radio, escribió libros y se dedicó a pasar tiempo con su familia. Estos proyectos le dieron un sentido de propósito, aunque no pudieron igualar el éxito de su pasado. Años después, fue reconocido con un emotivo tributo en televisión pocos meses antes de su fallecimiento en 2006, un reconocimiento agridulce a sus contribuciones a la industria.
La carrera de Raúl Velasco no estuvo exenta de controversias. Durante su mandato en “Siempre en Domingo”, enfrentó acusaciones de favoritismo y un trato duro hacia los artistas. Uno de los escándalos más notorios involucró rumores de una relación inapropiada con la cantante adolescente Yuri, quien más tarde desmintió estas afirmaciones y agradeció a Velasco por su apoyo profesional. Además, fue criticado por su postura contra la música rock y por censurar a artistas que no cumplían con sus estrictos estándares.
A pesar de estas controversias, el legado de Raúl Velasco es innegable. Revolucionó la televisión mexicana y brindó una plataforma para que innumerables artistas alcanzaran el éxito. Su frase “Aún hay más” se convirtió en un símbolo de esperanza y resiliencia, reflejando su determinación de seguir adelante a pesar de los obstáculos.