La cautivadora historia comienza en las montañas de Tennessee en un día helado de 1946, donde nació una niña, una de doce hermanos. A pesar de crecer en condiciones de pobreza, sus hermanos la consideraban la bebé más bonita.

El calor del amor dentro de la familia los mantuvo unidos durante tiempos difíciles.

Aunque ella describía su vida temprana como afectada por la pobreza, los vecinos no estaban de acuerdo, afirmando que su familia no era más pobre que las demás del vecindario.

Nacida en una familia donde tener muchos hijos era una tradición, la niña heredó creatividad y espiritualidad de su madre y un impulso ambicioso y orientado a los negocios de su padre. Ella atribuye su éxito a haber obtenido las mejores cualidades de ambos padres.

Desde pequeña, descubrió su talento para el canto y comenzó a actuar en la iglesia, impulsada por una personalidad tenaz y resistente.

Expresarse auténticamente ha sido una constante en su vida. Antes de alcanzar la fama, su madre le confeccionaba vestidos a partir de sacos y retazos de tela.

Inspirada por un prototipo de una ciudad local con un aspecto llamativo, mantuvo firme su deseo de vestirse de manera única, incluso enfrentándose a castigos por parte de su padre y su abuelo.

Esta resiliente niña creció para convertirse en nada menos que Dolly Parton, una leyenda de la música country a los 77 años. Su notable trayectoria incluye la construcción de un imperio de 500 millones de dólares con aproximadamente 3,000 canciones, esfuerzos filantrópicos y su propio parque de diversiones.

A pesar de ya no estar de gira, continúa trabajando y escribiendo canciones extensivamente. Más allá de su ilustre carrera, Dolly es una esposa devota de Carl Dean, a quien se casó en 1966.

Su duradera conexión sigue siendo la fuente de su felicidad, ya sea en casa o viajando en su casa rodante.

   

La vida de Dolly ejemplifica el triunfo de la autenticidad, la creatividad y el amor sobre la adversidad.

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