En un giro sorprendente de los acontecimientos, el partido de polo del Príncipe Harry en Singapur el 12 de agosto recibió poca o ninguna atención del público local.

A pesar de la noble causa detrás del evento, que tenía como objetivo apoyar a jóvenes desfavorecidos afectados por el VIH y el SIDA, el estadio permaneció vacío mientras los espectadores devolvían sus boletos.

Este resultado inesperado plantea preguntas sobre el éxito del evento benéfico y la falta de interés de la comunidad singapurense.

El Duque de Sussex, conocido por sus esfuerzos filantrópicos, participó en el evento deportivo para su organización benéfica, Centrebell. Montando para el equipo Royal Salute Centrebell, jugó contra un club basado en Singapur dirigido por el jugador de polo argentino Nacho Figueras, quien también es embajador de la organización benéfica.

El partido terminó en empate, con Harry y Figueras mostrando sus habilidades en el campo. Después del juego, se le presentó al Duque un trofeo para conmemorar su participación.

Sin embargo, a pesar de la presencia de jugadores de renombre y la naturaleza benéfica del evento, la ausencia de público genera preocupaciones sobre la efectividad del aspecto de recaudación de fondos.

Inicialmente, el plan era utilizar los ingresos de la venta de boletos para recompensar al equipo ganador. Sin embargo, con la ausencia de espectadores, no está claro de quién esperaban recibir donaciones los organizadores.

Esta situación desconcertante sugiere que la élite adinerada puede haber optado por quedarse en casa en lugar de asistir al evento. Singapur, conocido por su limpieza y eficiencia, carece de una fuerte cultura del polo. Con tierras limitadas y una población pequeña, el deporte no resuena con la mayoría de los locales.

Además, la ausencia de lazos históricos con el polo disminuye aún más su atractivo. En cambio, los espectáculos de arte y los lugares con aire acondicionado son formas de entretenimiento más típicas en la ciudad-estado. Por lo tanto, la decisión de llevar a cabo un partido de polo en Singapur parece fuera de lugar y plantea preguntas sobre su relevancia para la comunidad local.

 

Además, la falta de participantes asiáticos en el evento genera sospechas sobre sus verdaderas intenciones. A pesar de celebrarse en Asia, la mayoría de los participantes no eran asiáticos.

Esta disparidad da la impresión de que el evento era simplemente un truco de relaciones públicas, utilizando el trasfondo asiático como una utilería. Esta percepción, junto con el mínimo interés del público singapurense, no augura nada bueno para el éxito del esfuerzo del Príncipe Harry.

En contraste, se espera que el próximo viaje del Príncipe William a Singapur reciba una cálida bienvenida. Su visita se centrará en la campaña Earthshot, una iniciativa popular y exitosa. Se anticipa que el Príncipe y la Princesa de Gales se comprometerán genuinamente con su nación anfitriona, asegurando una ejecución respetuosa y apropiada de sus actividades.

Es probable que el viaje de William eclipsé el de Harry, destacando aún más la disparidad en el interés público entre los dos hermanos.

Informes de noticias locales indican que 260 personas abandonaron el estadio antes de que comenzara el partido, enfatizando la falta de entusiasmo en torno al evento. Los clips de video del partido también confirman la ausencia de espectadores, dejando a muchos perplejos sobre cómo logró el evento recaudar fondos para la organización benéfica.

Considerando los gastos asociados con el transporte de los ponis de polo, es cuestionable si el evento generó algún apoyo financiero significativo para la causa. Esto lleva a especular que el partido de polo puede haber servido principalmente como una oportunidad para que individuos adinerados se indulgieran en el deporte bajo el disfraz de la caridad.