🕗 Meghan busca la ayuda de Harry luego de que ex miembros del personal revelaran grabaciones secretas de las rabietas y el comportamiento acosador de Meghan Markle

La reputación de Meghan Markle como la “Duquesa Difícil” no es solo un apodo sensacionalista de los tabloides; es un título que, según informes, se ha ganado a través de una serie de explosivos arrebatos y comportamientos despectivos que han dejado a antiguos miembros del personal conmocionados, de acuerdo con un nuevo reportaje de The Hollywood Reporter.

El personal que trabajó estrechamente con Meghan finalmente ha roto su silencio, revelando un retrato de una diva exigente e implacable, que ejercía su poder de maneras que dejaron a hombres adultos llorando. El informe describe a Meghan como una figura de autoridad que impone su influencia con una precisión despiadada, lo que llevó a un profundo malestar emocional a aquellos que trabajaban para ella.

 

 

Fuentes cercanas a la pareja han pintado un vívido cuadro de Meghan marchando por su casa como una dictadora con tacones altos, dando órdenes y despidiendo a cualquiera que osara contradecirla. Un informante incluso relató un incidente en el que Meghan, supuestamente, hizo llorar a un profesional experimentado.

Estas revelaciones surgen cuando el Príncipe Harry se acerca a su 40 cumpleaños, un hito que debería estar lleno de alegría, pero que podría estar opacado por una sensación de aislamiento. Los conocedores sugieren que Harry, sintiéndose cada vez más solo en Estados Unidos, ha desarrollado una estrecha amistad con su guardaespaldas, David Langdown, a quien supuestamente considera su mejor amigo.

El reportaje de The Hollywood Reporter forma parte de una investigación más amplia sobre el éxodo masivo de personal del círculo íntimo de los Sussex. Josh Kettler, el exjefe de personal de la pareja, quien solo duró tres meses en su puesto, renunció en agosto, uniéndose a una creciente lista de antiguos empleados que han abandonado la casa de los Sussex. Los supuestos arrebatos de Meghan, junto con sus correos electrónicos enojados a las 5 a.m., le han valido el apodo de “Duquesa Difícil”, un apodo que rápidamente se ha convertido en leyenda entre los miembros del personal.

 

 

La reputación de Meghan por crear caos no es un fenómeno nuevo. Antes de la mudanza de Meghan y Harry a California, ella enfrentó acusaciones de acoso al personal del palacio, lo que llevó a una investigación formal sobre su comportamiento. A pesar de las fuertes negaciones por parte del equipo de Meghan, las afirmaciones de maltrato, particularmente hacia los asistentes personales, dejaron a algunos miembros del personal profundamente traumatizados. Su malestar emocional fue comparado con el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Sumado a este panorama preocupante, informes recientes de The Mail on Sunday revelaron que la asesora de relaciones públicas de Meghan, Christine Shermer, dejó silenciosamente su cargo a finales del año pasado. La partida de Shermer se produjo poco después de la renuncia de Kettler, lo que plantea más preguntas sobre la capacidad de los Sussex para mantener un equipo estable. Estas salidas han puesto de relieve los problemas continuos para gestionar al personal, lo que sugiere que la agitación en torno a Meghan y Harry no es solo un espectáculo de relaciones públicas, sino una crisis genuina de liderazgo.

 

La especulación en torno a los Sussex no termina ahí. Circulan rumores de que Netflix, a pesar de las promesas anteriores, puede que nunca lance el documental revelador sobre Meghan. Parece que el gigante del streaming está contento viendo a Meghan luchar en medio de lanzamientos fallidos de productos y la cancelación de su pódcast “Archetypes”. Los conocedores sugieren que el propio comportamiento de Meghan está haciendo más daño a su imagen pública que cualquier factor externo. También se rumorea que la familia real posee un considerable archivo de los arrebatos de Meghan, cortesía de la divulgación de documentos por parte de Jason Knauf durante su demanda contra The Mail on Sunday. Este posible tesoro de registros y grabaciones supuestamente muestra un inquietante rastro de papel sobre la conducta de Meghan, lo que alimenta aún más la noción de que sus colapsos públicos no son solo episodios dramáticos, sino parte de un patrón más amplio de comportamiento autodestructivo.

 

 

En un giro irónico, los recientes intentos de Meghan de reincorporarse a los círculos reales solo han empeorado la situación. La familia real, bien versada en el manejo de personalidades difíciles, parece haber adoptado un enfoque cauteloso al ignorar silenciosamente los arrebatos de Meghan y evitar los focos mediáticos. La incapacidad de Meghan para encantar de nuevo a la familia real sirve como un recordatorio contundente de las consecuencias duraderas de sus acciones. Su continuo distanciamiento de la familia real resalta el impacto duradero de su comportamiento, tanto detrás de puertas cerradas como ante el ojo público.

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