La Princesa Ana, nacida en 1950, ha tenido una relación compleja pero entrañable con su madre, la Reina Isabel II, quien ascendió al trono solo unos años después del nacimiento de Ana. Como única hija de la monarca, Ana ha defendido públicamente a su madre en numerosas ocasiones, desmintiendo rumores de que la Reina no era afectuosa con sus hijos. En una entrevista con la BBC, Ana expresó rotundamente: “No creo que haya ninguna prueba que sugiera que no se preocupaba. Es absurdo”. Esta declaración refleja su firme lealtad hacia la Reina, especialmente cuando se pone en duda su papel maternal.

Princess Anne reveals she was with the Queen throughout her last 24-hours |  Daily Mail Online

El historiador real Robert Lacey, conocido también por ser asesor en la serie The Crown, ha mencionado que Ana y su madre se unieron durante su juventud gracias a intereses compartidos como la equitación y la moda. A pesar de los informes sobre la supuesta dependencia de la Reina Isabel en las niñeras, Lacey asegura que la monarca disfrutaba momentos íntimos con sus hijos, como bañarlos, leerles cuentos y arroparlos antes de dormir.

A lo largo de los años, madre e hija han experimentado desacuerdos significativos. Ana ha hablado abiertamente sobre su incomodidad al vivir como figura pública. Los periodistas también han comentado sobre su actitud a veces poco amistosa hacia los medios de comunicación. De hecho, algunos fotógrafos han sido testigos de la “cortedad” de Ana en momentos de tensión.

Uno de los puntos de conflicto con su madre fue el divorcio de Ana de su primer esposo, el Capitán Mark Phillips, algo que la Reina Isabel desaprobó. Además, Ana protagonizó un momento muy comentado en 2019, cuando fue captada aparentemente negándose a saludar al entonces presidente Donald Trump. Las imágenes mostraron a la princesa encogiéndose de hombros ante la supuesta desaprobación de la Reina. Sin embargo, CNN aclaró que el gesto no tenía que ver con Trump y que la Reina no regañó a su hija.

Queen Elizabeth II and Princess Anne, photo Cecil Beaton. UK, 1960 | V&A  Images

La experta en lenguaje corporal Judi James ha resaltado que, a pesar de estos momentos de tensión, madre e hija parecen muy unidas. James señaló que sus interacciones sugieren un encuentro de mentes y rasgos complementarios, más que una relación llena de gestos afectivos o muestras táctiles. Ana siempre ha mostrado respeto hacia su madre, tratándola con dignidad y sin considerarla una anciana frágil. La princesa también ha heredado el sentido del humor de la Reina, lo cual se nota en sus gestos y miradas cómplices.

El vínculo de Ana con su madre es evidente incluso en las decisiones de su vida personal. Su primera boda con el Capitán Mark Phillips, por ejemplo, estuvo muy influenciada por la Reina. Ana eligió casarse en noviembre, al igual que sus padres, y lució un vestido acorde con el frío del Reino Unido, junto con la tiara de diamantes de su abuela. Para su segunda boda, Ana nuevamente optó por una fecha en diciembre, en Escocia, algo poco común entre las novias reales, quienes prefieren meses más cálidos.

 

Ana también ha sido un apoyo constante para su madre en sus compromisos oficiales. En 2021, madre e hija participaron juntas en la “Semana Real” en Escocia, con atuendos cuidadosamente coordinados. Ambas visitaron Glasgow, participaron en proyectos medioambientales y discutieron objetivos a largo plazo. Las imágenes de ese evento muestran un lazo inquebrantable, con Ana siempre presente desde joven para acompañar a la Reina y fortalecer ese vínculo especial.