Chiquinquirá vive una crisis familiar su hija abandonó su casa
Chiquinquirá Delgado, mejor conocida como Chiqui Delgado, compartió en una entrevista su experiencia personal con la partida de su hija mayor, María Elena Dávila, del hogar familiar.
Este proceso, aunque natural en la vida de cualquier madre, representó para la presentadora venezolana un momento cargado de emociones encontradas.
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Chiqui expresó lo difícil que fue enfrentar la idea de que su hija se fuera a vivir sola, pero también destacó que entendía que era un paso necesario en su desarrollo y crecimiento personal.
La mezcla de orgullo y nostalgia que sintió la hizo reflexionar sobre lo inevitable del ciclo de la vida familiar.
Delgado explicó que, como madre, siempre había estado acostumbrada a tener a su hija cerca, siendo una figura constante en su día a día.
Sin embargo, la partida de María Elena marcó un antes y un después en su relación, obligándolas a adaptarse a una nueva dinámica.
Para Chiqui, la distancia física no rompió el vínculo entre ambas, pero sí cambió la forma en que interactuaban.
A pesar de las dificultades emocionales, ella subrayó la importancia de que los hijos vivan sus propias experiencias y aprendan a valerse por sí mismos, aunque este proceso conlleve cierta tristeza para los padres.
En su relato, Chiqui Delgado destacó la importancia de respetar los tiempos y decisiones de los hijos, reconociendo que aunque los padres quieren protegerlos, llega un momento en el que deben dejarlos volar.
Para ella, fue esencial mantener una comunicación constante y abierta con su hija durante esta etapa, permitiéndole sentir que, aunque ya no vivían juntas, seguían estando presentes la una para la otra.
Este enfoque le ayudó a sobrellevar la transición de manera más llevadera, encontrando consuelo en el hecho de que su relación no se debilitaba, sino que evolucionaba.
La presentadora también compartió que la preparación emocional para este cambio comenzó mucho antes de la partida física de su hija.
Desde que María Elena era adolescente, Chiqui había trabajado en fomentar su independencia y responsabilidad, con la intención de que, llegado el momento, la transición fuera más natural.
Sin embargo, a pesar de todo ese esfuerzo, el momento de la despedida fue difícil, y Chiqui no dudó en admitir que experimentó sentimientos de tristeza y vacío en su hogar.
Chiqui Delgado habló también del orgullo que siente al ver el crecimiento personal y profesional de su hija.
María Elena Dávila ha seguido sus propios sueños, desarrollándose en el mundo de la actuación y la música, lo que ha sido motivo de alegría y satisfacción para su madre.
Ver a su hija triunfar en su camino le dio a Chiqui una sensación de alivio y de misión cumplida como madre, sabiendo que la preparación que le dio le permitió a María Elena enfrentarse a la vida con seguridad.