En agosto de 2014, se descubrieron muros de arquitectura inca, una posible escalinata y un ducto de agua de principios del siglo pasado durante las obras de mejoramiento de la calle Mantas, que conecta con la Plaza de Armas de Cusco.
Las piedras, que podrían formar una escalinata de hasta cuatro peldaños, se remontan a la época inca.

Además, se encontró una canalización de agua de unos 20 metros de longitud, que data de 1905.
Las excavaciones, cuidadosas y supervisadas por un plan de monitoreo arqueológico, también revelaron fragmentos de cerámica y piedras incas desordenadas.
Las autoridades limpiaron las piedras y tomaron las medidas para su conservación y protección de la humedad. Luego fueron enterradas nuevamente pues la calle Mantas no permite un flujo peatonal.

La modernidad está soterrando los vestigios legados por nuestros ancestros.
Cuando camines por las callecitas del Cusco recuerda que es muy probable que estés pasando por encima de bellos muros y calles creadas por los incas, toda una ciudad podría estar bajo nuestros pies perdurando a pesar de los años.


