LP. Sara Montiel. Sara – falsotecho

Sara Montiel es una de las figuras más icónicas del cine y la música en España, una mujer cuya vida estuvo llena de éxitos, tragedias, amores y secretos. Con una carrera que se extendió por más de seis décadas, desde su ascenso en Hollywood hasta su consagración como estrella en España, Montiel no solo dejó una huella indeleble en el mundo artístico, sino que también vivió una vida personal marcada por relaciones intensas y complicadas, muchas veces en la sombra de su fama.

Primeros años y ascenso a la fama

Sara Montiel: los pícaros ojos que llegaron a Hollywood

Nacida en 1928 en Campo de Criptana, un pequeño pueblo de la provincia de Ciudad Real, Sara Montiel se formó como actriz desde joven. Su belleza y talento no pasaron desapercibidos, lo que le permitió dar el salto a Madrid y, posteriormente, a Hollywood, donde en la década de 1950 se convirtió en la primera mujer española en triunfar en la industria cinematográfica estadounidense. Conocida por su sensualidad y su presencia imponente, Montiel rápidamente se hizo un nombre en películas como La violetera (1958) y El último cuplé (1957), que la consagraron como una de las grandes divas de la pantalla.

Relaciones amorosas: Amores y desamores

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A lo largo de su vida, Sara Montiel vivió numerosas historias de amor, algunas intensas, otras fugaces, y todas alimentadas por la atención mediática. Su primer matrimonio, con el periodista Miguel Mura, fue efímero y terminó en una separación que marcó un giro en su vida personal. Tras su relación con Mura, Montiel se embarcó en un romance fugaz con el científico Severo Ochoa, ganador del Premio Nobel. A pesar de la atracción que sentían el uno por el otro, Ochoa siempre subrayó que su matrimonio lo hacía “intocable”, lo que terminó por diluir cualquier futuro juntos.

Anthony Mann

Sin embargo, fue en Hollywood donde Sara encontró su gran amor en el director y productor Anthony Mann. En 1957, se casaron en una ceremonia civil en Estados Unidos. A pesar de la unión, el matrimonio no tuvo validez en España, lo que generó comentarios jocosos sobre la situación. Su vida en Los Ángeles estuvo marcada por un intento fallido de escribir guiones y buscar consuelo en la industria del cine, pero una tragedia personal golpeó a Sara cuando sufrió un aborto espontáneo a los ocho meses de embarazo. Este episodio fue un durísimo golpe para Montiel, quien siempre había soñado con ser madre. Su relación con Mann terminó en 1963, dejando atrás un matrimonio marcado por el sufrimiento y el desencanto.

El amor verdadero y la maternidad

30 años sin Pepe Tous, el empresario mallorquín que se convirtió en el  verdadero amor de Sara Montiel (y reimpulsó su carrera) | Vanity Fair

Después de varios matrimonios y relaciones inestables, Sara Montiel encontró finalmente la estabilidad con Pepe Tous, un hombre que le dio la paz que tanto anhelaba. Se conocieron en los años 70, pero no fue hasta 1979 que decidieron casarse. Aunque no formalizaron su unión hasta más tarde, en 1979 adoptaron a dos hijos, Taís y Zeus, que se convirtieron en los grandes amores de su vida. Taís nació en Brasil, mientras que Zeus fue adoptado en Valencia, y Sara Montiel se volcó completamente en su papel de madre, una faceta que le permitió finalmente sentir la felicidad y la estabilidad que tanto buscó.

En sus últimos años, Sara Montiel se alejó de la vorágine mediática y dedicó gran parte de su tiempo a su familia. Sin embargo, la tragedia golpeó nuevamente cuando su esposo, Pepe Tous, falleció en 1992. La actriz nunca se repuso del todo de su muerte, y aunque se casó en 2002 con Tony Hernández, esta relación tampoco duró, terminando en divorcio en 2003. La muerte de Tous dejó un vacío inmenso en la vida de Sara Montiel, quien no solo había perdido a su esposo, sino también a su gran apoyo emocional.

El rey Juan Carlos y los rumores de un romance

Uno de los aspectos más sorprendentes de la vida de Sara Montiel fue su relación con el rey Juan Carlos I de España. Aunque la actriz nunca confirmó que hubiera tenido un romance con el monarca, las revelaciones sobre su encuentro con él fueron objeto de especulación. Según Montiel, se conocieron en 1948 cuando Juan Carlos tenía solo 18 años y ella ya era una estrella consagrada. En una entrevista con Vanity Fair, Sara relató cómo él, en su juventud, sentía una gran admiración por ella, aunque ella nunca lo consideró como una relación romántica. Las especulaciones sobre su supuesta relación con el rey comenzaron a surgir con fuerza después de que se publicara un informe detallado sobre las mujeres que habían pasado por la vida de Juan Carlos I.

A pesar de los rumores, Montiel siempre se mostró discreta sobre el tema, prefiriendo guardar en privado su amistad con el rey y con la reina Sofía, con quien también mantenía una relación profesional. Los rumores sobre su relación con el rey Juan Carlos nunca fueron confirmados, y la actriz siempre se refirió a ellos como especulaciones sin fundamento.

La maternidad: Hijos, secretos y tragedias

30 años sin Pepe Tous, el empresario mallorquín que se convirtió en el  verdadero amor de Sara Montiel (y reimpulsó su carrera) | Vanity Fair

La maternidad fue otro aspecto importante en la vida de Sara Montiel, aunque estuvo marcada por misterios y dolor. Tras la imposibilidad de tener hijos biológicos debido a complicaciones de salud, Sara adoptó a sus dos hijos, Taís y Zeus, quienes, a lo largo de los años, vivieron a la sombra de la fama de su madre.

No obstante, existen rumores que sugieren que Sara Montiel pudo haber tenido otras hijas secretas antes de su maternidad adoptiva. La leyenda apunta a dos hijas ocultas, una de las cuales, se dice, podría vivir en Valencia y la otra en Guadalajara, México. A pesar de las especulaciones, Sara Montiel negó rotundamente en entrevistas cualquier rumor relacionado con estos supuestos hijos biológicos, asegurando que sus únicos hijos eran Taís y Zeus, a quienes siempre amó con todo su corazón.

En cuanto a su vida familiar, la relación entre Sara Montiel y sus hijos adoptivos fue, según ella misma relató, siempre amorosa. Taís, aunque prefirió mantenerse alejada del centro de atención, se encargó de gestionar el legado de su madre tras su muerte. Por otro lado, Zeus abrazó el mundo del entretenimiento, siguiendo los pasos de su madre en la música y lanzando su propio álbum en 2009.

El legado de Sara Montiel

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Sara Montiel dejó una huella imborrable en la cultura española. Con su imponente figura y su talento innegable, fue una de las artistas más completas de su época, logrando trascender fronteras con su música y su presencia en el cine. Aunque su vida estuvo marcada por complicaciones personales, nunca dejó de luchar por su felicidad y por el amor que tanto anhelaba.

A lo largo de sus últimos años, Sara Montiel se retiró de los escenarios, dedicando su tiempo a su familia y disfrutando de la tranquilidad que tanto había buscado. Su legado artístico y su estatus de diva siguen vivos en la memoria colectiva, y su nombre permanece asociado al glamour y la elegancia del cine clásico.

Sara Montiel falleció el 8 de abril de 2013, dejando un vacío que nunca será llenado, no solo en el mundo del entretenimiento, sino también en el corazón de quienes la admiraron y amaron. La mujer que conquistó el mundo con su belleza, su talento y su alma de diva, sigue siendo un símbolo indiscutido de la cultura española.

Conclusión

Sara Montiel fue una mujer que vivió con pasión y valentía. A lo largo de su vida, enfrentó los altibajos del amor, el desamor, la maternidad y las tragedias personales con una fuerza inquebrantable. Su legado artístico es innegable, pero también lo es su capacidad para seguir adelante, buscando siempre lo mejor para ella y para sus hijos. A pesar de los rumores, las tragedias y las especulaciones, Sara Montiel seguirá siendo recordada como una de las grandes figuras del cine y la música, una estrella que brilló con luz propia y que, a pesar de todo, nunca dejó de soñar.