El pasado martes, un operativo de alto riesgo estuvo a punto de capturar a dos de los nombres más temidos del crimen organizado en Baja California: Ismael “El Mayito Flaco” Zambada y Edwin “El Flaquito” Huerta. Según el semanario Z, los capos fueron localizados en el casino Caliente y el Hipódromo de Tijuana, durante una reunión que ocurrió alrededor de las 6 de la tarde, luego de que las autoridades recibieran un reporte de inteligencia.

Aunque los equipos de seguridad fueron alertados a tiempo, la respuesta fue lenta, lo que permitió que los dos líderes del Cártel Arellano Félix y Cártel de Sinaloa se reunieran y se marcharan sin ser detenidos. A pesar de la intervención de militares y policías estatales, los capos ya se habían escapado antes de que los oficiales pudieran interceptarlos.

“El Flaquito”, nacido en Baja California, ha sido una figura clave dentro del Cártel Arellano Félix. A pesar de la debilidad de la organización tras la captura de varios de sus líderes, “El Flaquito” ha mantenido su influencia en Tijuana. Su enfrentamiento con los Chapitos, los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ha aumentado la tensión en la región.

Sin embargo, lo que más llama la atención es la posibilidad de que los dos capos estuvieran buscando una nueva alianza estratégica. Las relaciones entre el Cártel Arellano Félix y el Cártel de Sinaloa han sido históricamente tensas, pero en el mundo del narcotráfico las alianzas entre enemigos no son raras. Ante la creciente amenaza de nuevos actores, como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ambos cárteles podrían estar buscando consolidar su poder en la región.

La alianza entre “El Flaquito” y “El Mayito Flaco” podría ser una respuesta a la presión de los cárteles rivales y las autoridades. En los últimos años, la violencia en Tijuana ha aumentado, y la llegada del CJNG ha alterado el equilibrio de poder. Ambos capos podrían estar considerando una unión para enfrentar juntos esta nueva amenaza, con el objetivo de fortalecer sus posiciones frente a los rivales más poderosos.

La posible colaboración entre estos dos grupos, que anteriormente competían ferozmente, refleja cómo las dinámicas del crimen organizado en México están cambiando rápidamente.