El drama entre Gerard Piqué y Shakira ha dado un giro inesperado con la última movida del exfutbolista, que ha encendido una nueva ola de controversia en los medios. La reciente arremetida de Piqué contra su exesposa ha puesto sobre la mesa un tema que parecía ya resuelto: la custodia de sus hijos. La situación ha llevado a una serie de cuestionamientos sobre el equilibrio entre el trabajo de Shakira y su rol como madre, generando un intenso debate sobre el derecho y el deber parental.

Shakira, quien ha estado ocupada preparando una gira mundial prometedora, está enfrentando críticas y desafíos inesperados. A pesar de sus esfuerzos por mantener una imagen positiva y continuar con su exitosa carrera, la situación con Piqué ha añadido una capa de tensión. El exfutbolista ha planteado preocupaciones sobre si Shakira, debido a su apretada agenda de trabajo, tendrá suficiente tiempo para atender adecuadamente a sus hijos, Milan y Sasha. Esta pregunta ha sido vista por muchos como una provocación, considerando que ya existe un acuerdo legal de custodia compartida entre ambos padres.

El acuerdo de custodia compartida, establecido para asegurar la estabilidad emocional de los niños, ya define cómo se repartirá el tiempo entre Shakira y Piqué. Según los términos acordados, Shakira tiene la mayoría del tiempo asignado con los pequeños debido a su rol como madre. Este arreglo, previamente consensuado, parece estar siendo cuestionado nuevamente por Piqué, lo que ha llevado a una serie de debates sobre su moralidad y ética en este contexto.

Shakira ha demostrado ser una madre dedicada, priorizando el bienestar de sus hijos incluso a expensas de su propia carrera. En los primeros años de vida de Milan y Sasha, la cantante colombiana hizo una pausa en su carrera musical para centrarse completamente en sus hijos. Esta devoción contrasta con la situación de Piqué, quien, aunque no es un mal padre, ha continuado con su carrera profesional sin hacer concesiones significativas por la crianza de los pequeños.

Las críticas hacia Piqué han surgido en parte por la percepción de que está cuestionando el compromiso maternal de Shakira solo porque ella busca cumplir con sus responsabilidades laborales. Este cuestionamiento ha sido visto por muchos como un intento de desacreditar a Shakira y su papel como madre, a pesar de que ella ha demostrado un compromiso absoluto con sus hijos.

La situación actual ha generado una fuerte reacción en el público, que se ha manifestado en apoyo a Shakira y su derecho a continuar con su carrera sin que esto afecte su rol como madre. La indignación generalizada surge de la percepción de que Piqué está utilizando la custodia de sus hijos como una herramienta de presión, en lugar de respetar el acuerdo ya establecido y el papel fundamental de Shakira en la vida de sus hijos.

En conclusión, el enfrentamiento reciente entre Piqué y Shakira sobre la custodia de sus hijos ha puesto de relieve una vez más las tensiones entre los exesposos. A medida que el debate continúa, la opinión pública sigue de cerca los desarrollos, apoyando a Shakira en su derecho a equilibrar su carrera y su vida familiar. La situación evidencia la complejidad de la vida post-separación y las dificultades que enfrentan las figuras públicas al intentar manejar sus responsabilidades parentales y profesionales en el ojo público.