Laura Branigan, nacida el 3 de julio de 1952, se convirtió en un ícono de la música de los años 80 gracias a su poderosa voz y su impacto en la cultura pop. Desde su juventud, Laura mostró un talento excepcional en la música y la actuación, lo que la llevó a estudiar en la Academia Americana de Artes Dramáticas en Nueva York. Sin embargo, su camino no fue fácil; trabajó como camarera para costear sus estudios y comenzó a presentarse en clubes nocturnos, donde su voz de cuatro octavas llamó la atención.

En 1979, Branigan firmó un contrato con Atlantic Records, y su carrera despegó con el lanzamiento de “Gloria” en 1982. Aunque originalmente compuesta por Umberto Tozzi, la versión de Branigan se convirtió en un éxito mundial, alcanzando el segundo lugar en la lista Billboard Hot 100 y vendiendo más de tres millones de copias. La canción no solo se popularizó en discotecas, especialmente entre la comunidad LGBTQ+, sino que también fue utilizada en la icónica película “Flashdance”.

Branigan continuó cosechando éxitos con álbumes como “Self Control” y “Hold Me”, y su estilo fusionó pop europeo con ritmos pegajosos. A pesar de su éxito, la vida personal de Laura estuvo marcada por desafíos, incluido el fallecimiento de su esposo y su propia lucha con problemas de salud.

Desafortunadamente, Laura Branigan falleció prematuramente en 2004, pero su legado musical perdura. Sus canciones siguen resonando y su influencia en la música pop es innegable. Laura no solo dejó una marca en la industria musical, sino que también se convirtió en un símbolo de empoderamiento femenino en la música.