¡La verdad finalmente sale a la luz! Amaya Uranga admite lo que todos sospechábamos… lo que ha revelado cambiará por completo la forma en que la veíamos.
¡¿Te acuerdas de “Eres tú”? Esa canción que nos hizo suspirar y bailar sin parar. Pero… ¿sabías quién estaba detrás de esa voz tan increíble? Amaya Uranga!, la extraordinaria voz detrás de aquel emblemático tema, dejó una huella imborrable en la música con su talento prodigioso. Junto a tres de sus hermanas, fundó Mocedades, el legendario grupo español que conquistó a toda una generación en los años setenta y ochenta. Sus canciones, cargadas de emoción y nostalgia, siguen vigentes hasta hoy.
Desde su nacimiento el 18 de febrero de 1947 en Bilbao, Amaya Uranga estuvo destinada a ser una artista excepcional. Proveniente de una familia de nueve hermanos con una rica tradición musical vasca, la música siempre estuvo presente en su vida. Junto a sus hermanas Izaskun y Estíbaliz, formó en 1969 el grupo Mocedades, un proyecto que, bajo la producción de Juan Carlos Calderón, alcanzaría un éxito sin precedentes. Sin embargo, tras años de éxitos, galas y giras, la salida de Amaya en 1984 dejó a los fans preguntándose: ¿qué pasó realmente?
La etapa dorada con Mocedades
Durante los años 70, Mocedades se consolidó como uno de los grupos más importantes de habla hispana, con éxitos como Eres Tú, que trascendió fronteras y se convirtió en un himno internacional. Esta canción no solo llevó al grupo al Festival de Eurovisión en 1973, sino que también conquistó las listas de éxitos en Estados Unidos, vendiendo millones de copias en todo el mundo.
Con Amaya como voz principal, Mocedades logró conectar profundamente con su público gracias a su interpretación emocional y su presencia magnética en el escenario. A pesar de esto, los años de trabajo continuo, la presión de la industria y las tensiones internas comenzaban a hacer mella en los integrantes del grupo.
El accidente que lo cambió todo
En 1984, un trágico accidente de tráfico marcó un punto de inflexión en la vida de Amaya. Durante un viaje junto a sus compañeros, el vehículo en el que viajaban sufrió un grave accidente. Amaya resultó herida con cortes en el rostro y el cuerpo, mientras que la pareja de su hermano Roberto perdió a su futuro hijo. Este evento dejó una huella imborrable en Amaya, quien poco después decidió abandonar Mocedades.
En una reciente entrevista, Amaya admitió que este episodio fue el detonante final para su salida. “Me sentía agotada, atrapada en una rutina interminable de grabaciones y giras”, confesó. Además, señaló que el accidente la hizo reevaluar sus prioridades y decidir enfocarse en aspectos personales que había dejado de lado durante años.
El peso del éxito y la presión interna
Amaya también reveló que, detrás del escenario, las tensiones en el grupo eran mayores de lo que el público imaginaba. La dinámica de trabajo, las diferencias creativas y el peso de mantener el estatus de éxito constante comenzaron a generar roces entre los miembros. Aunque siempre guardaron silencio sobre estos conflictos, Amaya ahora admite que esto contribuyó a su decisión de buscar un cambio.
Su legado tras la partida
Tras su salida, Mocedades intentó reinventarse con nuevas vocalistas, pero la ausencia de Amaya fue difícil de suplir. Su voz era el alma del grupo, y su partida dejó un vacío que marcó el inicio de una nueva etapa para Mocedades. Por su parte, Amaya exploró una carrera como solista, destacando por su interpretación de Volver de Carlos Gardel, y posteriormente formó parte del Consorcio junto a otros exmiembros de Mocedades.
El Consorcio fue visto por muchos como un proyecto paralelo que buscaba recrear la magia de Mocedades. Aunque logró consolidarse como una agrupación exitosa, las comparaciones con su anterior grupo fueron inevitables.
El impacto de Amaya a los 77 años
Hoy, Amaya Uranga vive alejada de los escenarios, pero su legado sigue vigente. A sus 77 años, su voz continúa siendo un referente en la música española y su historia inspira a nuevas generaciones. En sus recientes declaraciones, Amaya reflexionó sobre su tiempo en Mocedades con gratitud, pero también con honestidad sobre los sacrificios personales que implicó.
“Siempre supe que había cosas que el público no sabía. La música me dio todo, pero también me quitó mucho. Ahora, mirando atrás, entiendo que mi salida no fue un final, sino un comienzo”, concluyó.
Amaya Uranga no solo fue una artista excepcional, sino también una mujer que enfrentó los retos de la fama con valentía. Su decisión de priorizar su bienestar personal sobre el éxito profesional es un recordatorio de que detrás de cada ídolo hay una persona real con sueños, miedos y límites. Su historia sigue siendo una lección de resiliencia y autenticidad en el mundo del espectáculo.