La relación entre Mariah Carey y Tommy Mottola ha capturado la atención del público por años, pero detrás del glamour y el éxito, se esconde una historia de control y sufrimiento. Carey, quien se casó con Mottola en 1993 a la tierna edad de 23 años, describió su matrimonio como una auténtica “prisión”.

En su autobiografía, la cantante revela que Mottola ejercía un control “crippling” sobre su vida, limitando su libertad y su creatividad. A pesar de disfrutar de un éxito profesional sin precedentes, Carey enfrentó desafíos personales devastadores durante esos cinco años de matrimonio, que culminaron en su divorcio en 1998.

La historia de amor comenzó en 1991, cuando Carey era una joven promesa en la música y Mottola, el poderoso jefe de Sony Music. Aunque su unión fue celebrada en grandes eventos, con figuras como Robert De Niro como padrino, la dinámica de poder entre ellos se volvió rápidamente opresiva, y los roces se hicieron inevitables.

A lo largo de los años, Carey ha compartido cómo esta relación moldeó su vida y carrera. En una conmovedora anécdota, su amigo cercano, Michael Jackson, no dudó en expresar su opinión sobre Mottola, llamándolo “el d1abl0”. En 2002, recordó cómo Carey, tras su divorcio, acudió a él visiblemente afectada, llorando y confesando que Mottola era un “hombre malo”.

La historia de Mariah Carey y Tommy Mottola es un recordatorio de que detrás del éxito a menudo hay luchas personales. Su valentía al hablar sobre su experiencia ha resonado con muchos, convirtiéndola en un símbolo de resiliencia en la industria musical.