En un reciente episodio del Chabán Podcast, Raúl de Molina habló sobre la vida universitaria de su hija Mía, quien enfrentó varios desafíos al mudarse a una nueva ciudad.

Al principio, Mía disfrutó de su libertad, asistiendo a fiestas casi a diario, lo que preocupó a sus padres.

Raúl compartió que durante los primeros seis meses no recibieron las calificaciones de su hija, ya que ella les aseguró que su universidad no enviaba notas.

Sin embargo, tras algunos meses, Raúl y su esposa se dieron cuenta de que Mía había mentido.

Las calificaciones sí existían, y lamentablemente, no eran satisfactorias. Esto llevó a que Mía quedara en probation académica debido a sus bajas notas.

Raúl bromeó sobre cómo su hija se había convertido en habitual de las discotecas en Washington.

Lo que resultó en un retraso en su graduación, extendiendo su tiempo en la universidad a cuatro años y medio.

A pesar de este comienzo tumultuoso, Mía logró mejorar su desempeño académico en los semestres siguientes, obteniendo buenas calificaciones y experiencias más positivas.

Sin embargo, los costos de su educación y el alto costo de vida en Washington afectaron las finanzas de Raúl de manera significativa.

Él mencionó que no pudo acceder a ayudas económicas para su hija, lo que resultó en una carga financiera considerable.

Raúl reveló que el gasto total de la universidad y la vida de Mía en Washington ascendió a cerca de un millón de dólares en cinco años, incluyendo matrícula, alojamiento y alimentación.

Este considerable desembolso impactó directamente sus planes de retiro, ya que admitió que las finanzas familiares se han visto mermadas por el elevado costo de vida y los hábitos de consumo de su hija.