**Cuando Ángela y Nodal visitan la casa de Pepe Aguilar**
Cada vez que Ángela y Christian visitan la enorme hacienda de Pepe Aguilar, hay una regla no escrita que deben seguir: ¡todos duermen en la misma cama! Según Pepe, es una tradición familiar que promueve la unión y la “seguridad emocional”. Aunque algunos sospechan que es solo para que él pueda vigilar que todo esté en orden entre su hija y su yerno.
– **Pepe** (con voz solemne): “Aquí, todos juntos como familia, sin excepciones. Nada de cuartos separados.”
– **Ángela** (susurrándole a Christian): “¿Ves? Te dije que no podías escaparte de esto.”
– **Christian** (nervioso): “Esto es peor que cuando olvidé la letra de mi canción en vivo…”
La primera noche siempre es la más incómoda. Ángela duerme plácidamente, acostumbrada a las excentricidades de su papá. Mientras tanto, Christian está al borde de la cama, temeroso de que Pepe despierte en cualquier momento para interrogarlo sobre sus intenciones a largo plazo.
Una madrugada, Christian intentó escaparse discretamente al sofá de la sala, pero justo cuando dio el primer paso fuera de la cama, escuchó la voz grave de Pepe desde las sombras:
– **Pepe**: “¿A dónde crees que vas, compadre?”
Desde entonces, Nodal no volvió a intentarlo.
Al día siguiente, después de una noche inquieta, los tres comparten un desayuno lleno de bromas y buen humor. Pepe, orgulloso, les dice:
– **Pepe**: “Aquí no solo compartimos la cama, ¡también compartimos la rosca! Vamos a partirla.”
Por suerte, Christian sacó el muñequito del pan y Pepe le dijo con una sonrisa burlona:
– **Pepe**: “Pues ahora te toca hacer los tamales, ¿eh? Aquí somos una familia con reglas.”
Desde entonces, Christian ya sabe que ir a la casa de Pepe no es solo una visita: ¡es una prueba de resistencia y tradición familiar!