Anabel Gutiérrez fue una actriz mexicana que dejó una huella significativa en el cine de oro, con papeles en películas como Escuela de vagabundos, Angelitos del trapecio y Muchachas de uniforme, entre otras. Su talento y belleza la hicieron destacar, siendo nominada varias veces al premio Ariel, el máximo galardón del cine mexicano. Sin embargo, después del apogeo de su carrera en el cine, la televisión se convirtió en su refugio, aunque en ese nuevo ámbito, enfrentó duras humillaciones.
En una entrevista que se hizo muy famosa, Anabel relató que fue víctima de humillación por parte de Florinda Meza, la esposa de Roberto Gómez Bolaños (Chespirito), quien le hizo saber que no sabía nada de actuación para la televisión, a pesar de su vasta experiencia en el cine. Florinda, con un carácter fuerte, le hizo sentir que no tenía cabida en ese nuevo medio, a lo que Anabel respondió de manera estoica, aunque con dolor.
Anabel nació el 5 de septiembre de 1931 en la Ciudad de México, en una familia profundamente vinculada al mundo del espectáculo. Su padre era actor y su madre bailarina, lo que la rodeó de arte y la preparó para dedicarse al mundo de la actuación desde joven. En la década de los 40, Anabel empezó su carrera en el teatro y más tarde en el cine, donde inicialmente fue extra, sin créditos, pero con el tiempo alcanzó roles importantes.
A pesar de los obstáculos, Anabel continuó trabajando en el cine y televisión, destacándose en diversas producciones. En 1952, fue nominada al Ariel como mejor actriz juvenil por su actuación en Muchachas de uniforme. Aunque su carrera de cine disminuyó con el paso de los años, Anabel nunca perdió su encanto y energía, cualidades que la hicieron ser querida tanto por su público como por sus compañeros de trabajo.
Un momento significativo en su carrera fue cuando trabajó en la película Escuela de vagabundos, una de las comedias más populares de la época, protagonizada por Pedro Infante y Miroslava Stern. A pesar de los problemas personales con algunos miembros del elenco, Anabel demostró su gran talento y conquistó al público con su actuación.
A finales de los años 50 y principios de los 60, Anabel participó en varias películas, y en 1956, finalmente ganó su primer y único premio Ariel como mejor actriz juvenil, lo que consagró su talento en el cine mexicano.
A lo largo de su carrera, Anabel siempre fue vista como una mujer simpática, alegre y llena de vida, pero a pesar de su éxito y amor por el público, fue una actriz que sufrió la difícil transición del cine de oro a la televisión. Aunque su carrera nunca volvió a alcanzar el nivel de popularidad que tuvo en sus primeros años, su legado perdura en la historia del cine mexicano.
La humillación por parte de Florinda Meza y el maltrato en su última etapa laboral no opacan el brillo de una actriz que supo ganarse el cariño de varias generaciones con su profesionalismo, simpatía y, por supuesto, su gran talento.