La familia real en el desfile de Trooping the Colour de este año.

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En 1992, la familia real parecía tener que aguantar un escándalo y desastre tras otro. A principios de aquel año, Andrés de York se separó de Sarah Ferguson, y muy poco después la princesa Ana se divorció del capitán Mark Phillips. En verano, el exitoso libro de Andrew Morton Diana: su verdadera historia sacó a la luz el infeliz matrimonio de Carlos y Diana, alimentando aún más los interminables cotilleos de la prensa sensacionalista. Por si fuera poco, en noviembre, un terrible incendio provocó daños considerables en el castillo de Windsor, destruyendo 115 habitaciones.

No en vano la difunta Isabel II lo bautizó como su annus horribilis. Pero 2024 también lo ha sido en muchos sentidos para su hijo, Carlos III. Este año le diagnosticaron un cáncer cuyo tratamiento sigue en curso. Además, su nuera, Kate Middleton, también ha tenido que afrontar la enfermedad y acaba de concluir su tratamiento de quimioterapia. Mientras tanto, las relaciones entre la familia y el príncipe Harry parecen ser cada vez más tensas, amén de poblar los titulares. Por una parte, el príncipe ha impugnado ante los tribunales la decisión de reducir su seguridad en suelo británico, por otra, su esposa, Meghan Markle, se enfrenta a nuevas acusaciones de acoso por parte de algunos antiguos empleados y, por si fuera poco, la popularidad de ambos ha decaído a uno y otro lado del charco.

Carlos III, que sigue recibiendo tratamiento para el cáncer, al parecer está “respondiendo bien”.

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Este ha sido, sin lugar a dudas, un año de sombras para la familia real. Al menos hasta hace muy poco. En las últimas semanas parece que la marea está cambiando y varias buenas noticias parecen ser la luz al final del túnel. Para empezar, la princesa de Gales parece sentirse mejor cada día que pasa y la semana pasada asistió en privado a la representación matinal de Giselle del Ballet Nacional Inglés en Sadler’s Wells. El fin de semana anterior, disfrutó de un rato de ocio con su marido y sus suegros en Balmoral y fue captada por las cámaras de muy buen humor mientras conducía hasta Crathie Kirk para asistir la misa de domingo

La princesa también está retomando su trabajo con paso firme y ha asistido a varias reuniones desde principios de septiembre. Hace unas semanas se reunió con los miembros de su equipo del Centro para la Primera Infancia y con el personal del palacio de Kensington en el castillo de Windsor, para hablar sobre su proyecto para la primera infancia, su primer compromiso laboral oficial desde que comenzó su tratamiento contra el cáncer la pasada primavera. La semana siguiente asistió a una reunión con funcionarios de la casa real y miembros de su Fundación Real para empezar a organizar su concierto anual de villancicos, una cita clave en el calendario real.

La princesa de Gales en un compromiso en 2022.

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Durante la ausencia de Kate Middleton en los últimos meses, las primas del príncipe Guillermo han dado un paso al frente para ocupar su lugar. Beatriz y Eugenia de York han desempeñado un papel público tan favorable que incluso podrían ser ascendidas a miembros más activos de la realeza en un futuro próximo. Hace dos días Beatriz anunció que está embarazada de su segundo hijo con su marido, Edoardo Mapelli Mozzi, lo cual provocó un aluvión de felicitaciones y mensajes de felicitación por parte del resto de la familia real.

Según palacio, Carlos III ha sido informado y ambas familias están “encantadas” con la buena nueva. La princesa Eugenia, que también es madre de dos criaturas, felicitó a su hermana mayor a través de Instagram: “Felicidades, Beabea”, escribió utilizando el apodo cariñoso con el que se dirige a Beatriz. Sarah Ferguson, la duquesa de York, también transmitió un emotivo mensaje a su hija en el que se mostraba “muy orgullosa” y declaraba que la noticia era “una bendición increíble y un abrazo para mi corazón”.

Beatriz de York y su marido, Edoardo Mapelli Mozzi, esperan a su segundo hijo juntos.

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A pesar de que las últimas noticias sean positivas, no pueden omitirse los nubarrones que siguen afectando a la realeza británica. El príncipe Harry no ha hecho ningún esfuerzo por ocultar su distanciamiento del resto de la familia y Meghan lleva dos años sin visitar Reino Unido, si bien se entiende que se debe a problemas de seguridad. Una fuente cercana al príncipe declaraba recientemente en Us Weekly que Harry protegerá a su familia a cualquier precio, incluso si implica mantenerlos alejados de Gran Bretaña: “Siempre tendrá cariño a su país natal, pero, desde su perspectiva, su esposa y sus hijos son su prioridad”. Los recientes rumores que daban a entender que Harry podría regresar al Reino Unido fueron rápidamente desmentidos: “Ahora su vida está en América”, afirmaba otro amigo cercano del príncipe.

No obstante, últimamente Harry ha llevado a cabo una serie de exitosas apariciones en solitario, pese a que se haga notar la ausencia de su esposa. Este lunes, el duque de Sussex acudió al Hotel Royal Lancaster de Londres para rendir homenaje a los niños y adolescentes galardonados en los premios WellChild, organización benéfica de la que es patrono. El viaje se produjo tras una serie de discursos a favor de causas benéficas en algunos de los espacios y organizaciones más prestigiosos de Nueva York (así como una aparición en The Tonight Show, de Jimmy Fallon) y precedió a una visita de una semana a Lesoto y Sudáfrica para Sentebale, su organización benéfica.

Harry en los Wellchild Awards 2024 en el Royal Lancaster Hotel de Londres.

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“Me trae recuerdos de aquel príncipe que en su día desempeñó un papel tan especial en nuestra vida nacional”, opina el experto en realeza Richard Fitzwilliams en el Daily Mail.Por su parte, el escritor especializado en realeza Phil Dampier afirma que Harry ha “mostrado su mejor cara” estos días en Londres, añadiendo que “parece que se está independizando y haciendo cosas sin [Meghan] y tal vez ese sea el camino a seguir… Si vuelve el viejo Harry, eso sería algo bueno”.

Hasta hace poco, Harry y Meghan siempre han trabajado juntos: su flamante Parents’ Network es un proyecto en común y firmaron juntos sus acuerdos con Netflix y Spotify, además de animarse mutuamente en cualesquiera de sus proyectos; de hecho, trascendió que teletrabajan juntos en casa desde el mismo despacho. No obstante, los expertos en realeza especulan con que Harry podría estar alterando su rumbo. El experto en estrategia y relaciones públicas Mark Borkowski sostiene que Harry está “volviendo a sus raíces” con su nuevo enfoque y añade que la pareja “tenía que cambiar su narrativa. Necesitan una iniciativa que desvíe la atención de sus fracasos. El aspecto solidario hace ver a todo el mundo que Harry es valioso más allá de las controversias. Tiene el efecto de alejarlos de la mala prensa y de las ideas que no les han salido bien”.

Según un corresponsal de la realeza, “las personas cercanas a [Harry] dicen que le gustaría venir [a Reino Unido] con más regularidad para trabajar con las organizaciones benéficas con las que colabora”. Con todo, está por ver si la apretada agenda benéfica de Harry es una expresión de esto o, como sugiere Borkowski, está más motivada por una cuestión de imagen pública.

No obstante, resulta innegable la sensación generalizada: ahora que Harry parece estar recuperando sus antiguas maneras y nos llegan tan buenas noticias sobre Beatriz de York y la salud de Kate Middleton, la familia real británica parece estar disfrutando al fin de un merecido respiro.