La muerte de la princesa Diana en 1997 fue uno de los eventos más trágicos en la historia reciente, especialmente para sus hijos, los príncipes William y Harry.

Durante muchos años, las emociones y reacciones del príncipe William ante la pérdida de su madre fueron cuidadosamente ocultadas por la familia real, lo que impidió que el público conociera los verdaderos sentimientos del joven príncipe. En ese tiempo, no hubo entrevistas ni imágenes de William relacionadas con su madre, excepto las de su funeral. No es de extrañar que el príncipe guardara silencio durante tanto tiempo, manteniendo su dolor en privado y evitando cualquier declaración pública sobre el tema.

Sin embargo, recientemente, William ha decidido romper su silencio y compartir abiertamente sus emociones sobre aquellos días oscuros. En una entrevista rara y sincera, el príncipe se acercó a los fanáticos al hablar francamente sobre la muerte de su madre, un suceso que marcó su vida hace casi 30 años.

Con una honestidad conmovedora, reflexionó sobre el profundo impacto que la ausencia de Diana ha tenido en su vida, revelando que, después de años de lucha interna, ha llegado a un nuevo sentido de aceptación. “Estoy en un lugar mejor al respecto de lo que he estado durante mucho tiempo”, confesó William, dejando entrever los años de lucha emocional que lo acompañaron mientras procesaba su dolor.

El príncipe describió su viaje hacia la sanación como algo lejos de ser lineal, marcado por momentos de profunda lucha y una constante introspección. “Me ha llevado casi 20 años llegar a esa etapa”, reveló William, dejando claro que el duelo no es un proceso sencillo ni rápido.

También habló sobre la dificultad de lidiar con la pérdida de una figura tan pública como lo fue su madre. “No es como el duelo de la mayoría de la gente porque todo el mundo lo sabe. Todo el mundo conoce la historia, todo el mundo la conoce”, lamentó, subrayando lo complicado que fue para él enfrentarse a un dolor que siempre estuvo bajo el escrutinio público.

A pesar de las expectativas que la sociedad tenía sobre él, William siempre ha buscado maneras auténticas de honrar la memoria de su madre. Aunque la pérdida de Diana sigue proyectando una larga sombra sobre su vida, el príncipe ha encontrado consuelo al poder hablar más abiertamente sobre ella. “Donde puedo hablar sobre ella más abiertamente, hablar sobre ella más honestamente, y puedo recordarla mejor”, confesó, subrayando el alivio que le ha proporcionado compartir sus sentimientos después de tantos años de silencio.

Un aspecto particularmente conmovedor de la entrevista fue cuando William reflexionó sobre los momentos que le hubiera gustado compartir con su madre. Expresó su tristeza ante la perspectiva de que sus hijos nunca tuvieron la oportunidad de conocer a su abuela. “Me encantaría que hubiera conocido a Catherine y que hubiera visto a los niños crecer”, reflexionó, sus palabras cargadas con un profundo sentido de pérdida y tristeza por las oportunidades que nunca se realizarán.

Además, el príncipe William recordó la conmovedora promesa que le hizo a su madre cuando era un adolescente, tras el divorcio de Diana del príncipe Carlos. En ese entonces, el príncipe, con tan solo 14 años, le dijo a su madre que algún día le devolvería su título de alteza real cuando él ascendiera al trono. Diana, conmovida hasta las lágrimas por la promesa de su hijo, no viviría para ver si esa promesa se cumplía, dejando tras de sí un legado de sueños no realizados.

El príncipe también habló sobre la fatídica llamada telefónica que compartió con su madre el día de su muerte, un recuerdo que le pesa profundamente. En esa llamada, Diana les habló a él y a Harry desde Francia, donde se encontraba de vacaciones, pero, como cualquier niño despreocupado, William se despidió con rapidez para poder seguir jugando. Hoy en día, admite que si hubiera sabido lo que iba a suceder, habría actuado de manera diferente.

A través de sus reflexiones, William nos ofrece una mirada íntima a la complejidad del duelo y el impacto que la muerte de su madre ha tenido en su vida. Aunque el tiempo ha pasado, la ausencia de Diana sigue siendo un vacío imposible de llenar. Sin embargo, el príncipe ha aprendido a vivir con su dolor, encontrando fuerza en la memoria de su madre y en la capacidad de hablar abiertamente sobre ella. Al compartir su experiencia, William no solo rinde homenaje a Diana, sino que también ofrece consuelo y comprensión a quienes han pasado por la pérdida de un ser querido.