El misterio que rodea la desaparición de Marcela Basteri, la madre de Luis Miguel, ha capturado la atención del público durante décadas. En recientes revelaciones, Shanik Berman y César Hernández, un investigador que ha dedicado años a buscar respuestas sobre este caso, han desenterrado detalles oscuros que involucran a figuras poderosas del pasado, como Luisito Rey, el padre de Luis Miguel, y Arturo “El Negro” Durazo, el temido jefe de la policía durante el gobierno de José López Portillo.

Luisito Rey, desesperado por asegurar el éxito de su hijo, estaba dispuesto a todo. Según lo relatado por Berman, Rey hizo un trato sombrío con Durazo. Este pacto implicaba la entrega de su esposa, Marcela Basteri, a cambio de un favor que catapultaría la carrera de Luis Miguel. A lo largo del tiempo, se ha especulado mucho sobre la moralidad y las decisiones cuestionables de Luisito Rey, pero estas nuevas revelaciones sugieren que sus acciones fueron mucho más siniestras de lo que se pensaba.

César Hernández, quien ha llevado a cabo la investigación más exhaustiva sobre la desaparición de Marcela Basteri, afirma que no existe ningún registro de salida de Basteri desde Madrid después de su llegada a España. Esto alimenta la teoría de que Marcela pudo haber sido víctima de un acuerdo oscuro entre su esposo y las autoridades del momento.

Durazo, conocido por su brutalidad y su influencia en los altos círculos del poder, tenía un historial de abusar de su posición para obtener favores personales. Según las declaraciones de Hernández, Durazo se encargaba de investigar y seleccionar a las mujeres más bellas de la sociedad para sus propios fines. Luisito Rey, consciente de la fascinación de Durazo por su esposa, utilizó esta atracción como moneda de cambio.

El objetivo de Luisito Rey era asegurar la aparición de Luis Miguel en el popular programa de televisión “Siempre en Domingo”, conducido por Raúl Velasco, un paso crucial para consolidar la carrera del joven cantante. De acuerdo con la información compartida por Berman, Durazo habría hablado personalmente con Velasco para garantizar la participación de Luis Miguel en el programa, lo cual ocurrió poco tiempo después de que se hiciera el acuerdo entre Rey y Durazo.

Además, Luis Miguel fue invitado a cantar en la boda de la hija del entonces presidente López Portillo, un evento que lo posicionó como una estrella en ascenso. Estas oportunidades, que podrían parecer fruto del talento y carisma de Luis Miguel, ahora están bajo la sombra de un intercambio que involucró la posible entrega de su madre a manos inescrupulosas.

El destino de Marcela Basteri sigue siendo un misterio, y aunque estas revelaciones arrojan luz sobre los posibles motivos y personajes implicados en su desaparición, la verdad completa aún se escapa. Lo que queda claro es que el ascenso meteórico de Luis Miguel en el mundo del entretenimiento estuvo acompañado por sacrificios y decisiones moralmente reprobables, que dejaron una marca imborrable en la historia de su familia. Estas nuevas declaraciones refuerzan la teoría de que Marcela pudo haber sido una víctima más de las ambiciones desmedidas de su esposo y la corrupción de la época.