En una noche particularmente inusual en el Cuarto Mar, Briggitte protagonizó una escena que dejó a Karime y Agustín en un estado de risa incontrolable. Lo que comenzó como una noche aparentemente tranquila se transformó en un espectáculo hilarante cuando Briggitte, en medio de un sueño aparentemente muy vívido, empezó a hablar de una manera tan cómica y desconcertante que sus compañeros de habitación no pudieron contener las carcajadas.

La noche había sido tranquila hasta ese momento. Los habitantes de la casa estaban en sus respectivas camas, preparándose para una noche de descanso. Sin embargo, el sueño de Briggitte se volvió el centro de atención cuando comenzó a hablar en voz alta, una característica que para muchos sería inquietante, pero que para sus compañeros se convirtió en una fuente inagotable de diversión.

Briggitte, aparentemente inmersa en un sueño agitado, comenzó a murmurar y a quejarse de manera confusa. “¡Pobrecito, está hablando sola! No, no, está gimiendo sola, se le están metiendo gacho,” comentaba Karime, mientras observaba a Briggitte con una mezcla de preocupación y risa. La situación, que inicialmente parecía preocupante, pronto se transformó en una serie de momentos cómicos que hicieron reír a todos en la habitación.

Agustín, con su característico sentido del humor, se unió al espectáculo, haciendo comentarios sarcásticos y tratando de despertar a Briggitte con bromas. “Ya me odian todos, me van a sacar mañana por insolente,” murmuró Briggitte en su sueño, lo que provocó risas aún mayores de parte de Karime y Agustín.

A medida que el sueño de Briggitte se volvía más agitado, sus compañeros de cuarto comenzaron a preocuparse por su bienestar. “No, no, ya no te creo, mala,” decía Karime mientras intentaba entender el sueño de Briggitte. La situación llegó a un punto en el que Karime y Agustín se preguntaban si Briggitte estaba experimentando una pesadilla particularmente mala, y la decisión de despertarla se hizo inevitable.

Briggitte, en su estado de sueño, no parecía tener idea de lo que estaba sucediendo a su alrededor. “Despiértala, bebé, Brit no está bien. Lo que estás soñando es muy feo,” decía Agustín mientras trataba de sacarla de su trance. A pesar de los esfuerzos de sus compañeros para ayudarla, Briggitte continuaba en su estado de confusión, hablando y actuando de una manera que solo aumentaba la hilaridad de la situación.

El momento culminó cuando Agustín, con una mezcla de preocupación y risa, comentó que el sueño de Briggitte parecía una “posesión.” “Hasta la jefa me pidió que me pusiera el micrófono para escuchar tu posesión,” bromeó Agustín, mientras Karime se unía a las risas. La escena, que comenzó como un intento de ayudar a Briggitte, se convirtió en una de las más memorables y divertidas de la noche.

Finalmente, Briggitte despertó, y la confusión inicial dio paso a una risa colectiva. “Qué buena onda,” dijo Karime mientras trataba de calmar a Briggitte, que aún estaba desorientada. La situación, aunque perturbadora en un primer momento, demostró ser un recordatorio de la camaradería y el humor que a menudo caracterizan a los habitantes de la casa.

En resumen, la noche en el Cuarto Mar se convirtió en una anécdota inolvidable gracias al humor inesperado y la espontaneidad de Briggitte. Lo que comenzó como una noche tranquila se transformó en una serie de momentos cómicos que dejaron a todos en la habitación con una sonrisa en el rostro y una historia divertida para recordar.