Julio Iglesias, Jr. nos ha abierto las puertas de su casa en el lago Tahoe, para presentaros a su novia: Ariadna Romero. El hijo de Isabel Preysler ha caído rendido a los pies de esta impresionante modelo cubana, de 37 años. Fue en Miami donde sus caminos se cruzaron y, desde entonces, la vida de ambos ha dado un giro de 180 grados. Él, con 51 años recién cumplidos, confiesa a que se encuentra en el mejor momento de su vida, tanto a nivel personal como profesional.

Por otro lado, prueba de que su relación se afianza cada vez más, es que la propia Ari nos cuenta cómo fue el encuentro con sus suegros. “Isabel (Preysler) es una persona magnética. La vi por primera vez en su casa en Madrid y quedé como hipnotizada. Me impresionó su personalidad y su belleza”, asegura la modelo. ¿Y con su suegro?

 “Conocí a Julio Iglesias el día de su cumpleaños. Me moría de ganas de conocerle, porque crecí con sus canciones y era mi ídolo de toda la vida. Fue superemocionante estar ahí celebrando su cumpleaños con su familia. Es una persona maravillosa, con un carisma y una simpatía sin igual”.

Habla Julio Iglesias Jr

Por otro lado, Julio Iglesias Jr. nos desvela cómo vivió él las presentaciones oficiales en su familia. “Ariadna estuvo en España a principios de diciembre y se la presenté a mi madre y a mis hermanas. También, el 25 de diciembre disfrutó, con toda mi familia en Miami, de una gran Navidad y terminó de conocer al resto, con los que no coincidió en España. Todos están encantados con ella, ya que me ven feliz”, nos dice.

Y tu padre, ¿cómo la conoció?, le preguntamos. “Sí, también la conoció porque Ari estuvo conmigo cenando, en casa de mi padre, el día que celebramos su 80 cumpleaños”. Y añade: “Me dijo que era muy guapa, muy simpática y que nos deseaba que fuéramos muy felices”. La pareja reside actualmente en Miami, una decisión que llegó en un momento clave para ambos.

“La decisión la tomamos en un momento crucial, porque mi permanencia en Miami estaba llegando a su fin”, nos cuenta la modelo. “Si me quedaba, estaba saltando al vacío por él. Entonces necesitaba conocer su punto de vista y saber si él se tomaba la relación tan en serio como yo, para poder tomar una decisión al respecto. Cuando me pidió que nos fuésemos a vivir juntos, entendí que estábamos en el mismo punto y no lo dudé ni un segundo”, añade.