Abigail Rivera, la hija de Lupillo Rivera, ha vivido una experiencia aterradora que ha conmocionado a su familia y seguidores. La joven empresaria, conocida por su camión de comida “Casa Camarón y Sushi”, sufrió graves quemaduras de segundo grado en su rostro, ojos y manos tras un desafortunado accidente en la cocina. Según Abigail, el incidente ocurrió cuando encendió incorrectamente el gas propano de su estufa, lo que provocó una explosión que la dejó en estado de shock.

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En un emotivo relato, Abigail compartió cómo, al encender la estufa, sintió que algo andaba mal. “Cuando vi el fuego, lo apagué de inmediato, pero fue demasiado tarde”, comentó. La explosión le quemó la cara y le dejó una imagen desgarradora que la joven mostró a través de sus redes sociales. A pesar del susto y del dolor, Abigail se ha mostrado resiliente, compartiendo su experiencia con la esperanza de advertir a otros sobre la importancia de la seguridad en la cocina.

Con una carrera en la industria alimentaria que comenzó a los 16 años, Abigail ha aprendido muchas lecciones valiosas. A pesar del dolor que siente, no se rinde. Mencionó que, siguiendo un consejo común, aplicó mostaza en sus quemaduras, una práctica que le parece irónica pero que espera que le ayude en su recuperación. Además, recibió apoyo emocional y físico de su famoso padre, quien le trajo remedios de México para ayudarla a sanar.

Hija de Lupillo Rivera sufre fuertes quemaduras en la cara: en llanto  cuenta qué le pasó

El incendio ha llevado a Abigail a reflexionar sobre la importancia de la paciencia y la seguridad en su trabajo. “La seguridad es lo primero. Hay que tomarse el tiempo necesario, especialmente cuando se trata de este tipo de incidentes”, declaró. Ella espera que su camión de comida esté operativo nuevamente pronto, en su ubicación habitual de Long Beach, pero sabe que tendrá que ser más cautelosa en el futuro.

El apoyo de amigos, familiares y seguidores ha sido fundamental para ella en estos momentos difíciles. “Estoy muy agradecida por todo el amor y la ayuda que he recibido”, expresó, mientras se recupera de este desafortunado accidente. La historia de Abigail es un recordatorio de que, a pesar de las adversidades, la familia y la comunidad son vitales en el proceso de sanación. Su experiencia no solo destaca los peligros de la cocina, sino también la fuerza y determinación de una joven que sigue adelante a pesar de los obstáculos.