Agustín vivió un momento de gran frustración y enojo tras haber perdido una importante prueba de salvación en un reality show. Su derrota frente a Arath no solo arruinó sus planes estratégicos, sino que lo dejó con un mal sabor de boca. Durante una conversación con Sian, Agustín dejó claro su molestia por la forma en que Arath y su grupo, conocido como “el cuarto mar,” festejaron la victoria. A pesar de que Agustín comprendía que esta victoria era muy importante para Arath y su equipo, su estado emocional en ese momento no le permitió soportar la celebración, lo que lo llevó a explotar en comentarios llenos de rabia.

Agustín expresó a Sian lo frustrado que estaba por haber perdido contra Arath, especialmente porque había dedicado todo el día a concentrarse para ganar la prueba. No podía entender cómo, después de tanto esfuerzo y preparación, había salido derrotado. La situación lo afectó profundamente, y confesó que la manera en que el grupo rival festejó su victoria lo hizo sentir peor. Según él, no estaba de humor para escuchar gritos de celebración y burlas de parte de Mar, una de las integrantes del equipo contrario, lo que lo hizo explotar.

Durante la conversación, Agustín expresó un sentimiento de injusticia, pues sentía que había dado lo mejor de sí, pero el resultado no fue el esperado. Expresó que, aunque la competencia puede ser dura, lo que realmente lo incomodaba era la falta de respeto hacia el otro, algo que, según él, no debería ser parte del juego. Agustín mencionó que le dolía perder de esa manera, después de haber soportado gritos y burlas por parte de sus competidores. A pesar de su enojo, también admitió que todas esas acciones lo alimentaban de alguna manera, haciéndolo más fuerte.

En un momento de reflexión, Agustín lanzó una dura crítica hacia sus oponentes, especialmente hacia Arath, sugiriendo que ya tenía el reality prácticamente ganado. Dijo que no entendía por qué alguien que ya tenía el cariño del público y una posición fuerte en el juego, continuaba con comportamientos malintencionados. Según Agustín, aquellos que buscan hacer el mal a otros, simplemente para hacerlos sufrir, no tienen justificación, y él nunca logrará comprender cómo pueden actuar así.

El enfado de Agustín no solo giraba en torno a la derrota, sino también a la percepción de que el juego se había vuelto un campo de batalla personal, donde algunos competidores se dedicaban a hacerle daño a otros de forma gratuita. A pesar de todo, Agustín intentó enfocarse en disfrutar el tiempo que le quedaba en el programa, alentando a Sian a acompañarlo para pasar el último viernes juntos con un trago, intentando dejar atrás las tensiones y molestias acumuladas durante la competencia.