Lady Colin Campbell ha hecho una dramática declaración, alegando que el embarazo de Archie por parte de Meghan Markle fue una invención, supuestamente orquestada como un truco de relaciones públicas. Esta afirmación ha encendido una considerable controversia, generando profundas divisiones en la opinión pública.

Las acusaciones de Campbell han suscitado fuertes reacciones. Los partidarios de los Sussex han desestimado sus afirmaciones por considerarlas infundadas, mientras que los críticos han analizado en profundidad diversos aspectos del embarazo de Meghan. Han surgido preguntas sobre la velocidad de su recuperación, la escasez de fotografías claras del embarazo y las elecciones que ha hecho en su vestuario de premamá.

Estos factores han alimentado el debate y el escepticismo sobre la autenticidad de las apariciones públicas de Meghan durante su embarazo.

Si las afirmaciones de Campbell resultaran ser ciertas, las implicaciones podrían ser significativas. Una revelación de ese tipo podría socavar gravemente la credibilidad tanto de los Sussex como de la monarquía, lo que podría socavar la confianza pública y poner en tela de juicio la autoridad y la legitimidad de la institución.