Quienes conocieron a Kiki Herrera afirman que era una mujer encantadora, capaz de llenar de alegría cualquier lugar al que iba. Sin embargo, tomó una de las decisiones más desafortunadas de su vida: intentar comprar el amor de un famoso cantante. Esta decisión la llevó a un romance conflictivo que la dejó devastada y sola, acelerando su triste partida de manera cruel, sin que nadie pudiera ayudarla.
Kiki Herrera, nacida en una familia de renombre, se casó con el príncipe de la canción, José José, a principios de los años 70, justo cuando él había logrado el segundo lugar en el festival de la canción OTI. Kiki ya era una mujer divorciada, madre de tres hijos y nieta del expresidente mexicano Plutarco Elías Calles. A pesar de su prestigio social y su exitosa carrera en el cine, su vida personal estaba marcada por el desorden.
La diferencia de edad entre ellos, 20 años, pronto comenzó a notarse en su relación. A pesar de todo, José José, quien había crecido en la pobreza, se dejó seducir por el lujo y el estilo de vida opulento de Kiki, con quien se casó en 1971. Muchos creen que José José aprovechó esta oportunidad para mejorar su situación económica y avanzar en su carrera. Su éxito, sin embargo, vino acompañado de la influencia negativa de Kiki, quien lo introdujo en el mundo del alcohol, mientras ambos enfrentaban obstáculos por la desaprobación de sus familias.
La relación fue intensa pero problemática, llena de celos, diferencias sociales y personales. La pasión que existió entre ellos inspiró incluso una de las canciones más emblemáticas de la carrera de José José, pero la tormentosa relación terminó en un divorcio tras 18 meses de matrimonio. Después de la separación, José José retomó su relación con Anel Noreña, quien quedaría embarazada antes de que él terminara su divorcio con Kiki.
Kiki, por su parte, cayó en una profunda depresión tras el fin de su matrimonio. Aunque provenía de una familia adinerada, prefería frecuentar lugares modestos y sufrió intensamente por el amor perdido. En los años posteriores a su divorcio, vivió una vida solitaria, enfrentando el rechazo de su propia familia y amigos. Incluso llegó a interpretar canciones en clubes nocturnos, siempre acompañada de una copa, mientras lidiaba con el dolor de la pérdida.
En su autobiografía, José José dio su versión de lo que había sucedido en su matrimonio con Kiki, describiéndola como una mujer manipuladora. Sin embargo, el periodista Ramón Flores defendió a Kiki, señalando que la caída de José José se debió más a sus propios demonios internos y malas influencias que a su relación con ella.
A pesar de los rumores y especulaciones, Kiki nunca logró superar el dolor y la soledad tras su separación. En 1983, a los 55 años, Kiki Herrera murió en un trágico accidente. Su automóvil quedó detenido en un cruce ferroviario y, cuando intentó escapar, su tacón se quedó atrapado en las vías. Fue arrollada por un tren, pero el coche casi no sufrió daños. Esta muerte generó sospechas sobre si realmente fue un accidente, dado que algunos sugirieron que su fallecimiento pudo haber sido causado por intereses económicos relacionados con su situación financiera.
La vida de Kiki, interpretada recientemente en la serie José José: El Príncipe de la Canción, sigue siendo objeto de debate y especulación. Su legado como actriz, con papeles en películas y telenovelas mexicanas como Corazón Salvaje y La Venganza de La Llorona, continúa siendo recordado por muchos. A pesar de las controversias en torno a su vida personal, Kiki Herrera es un recordatorio de las complejidades del amor, el éxito y la tragedia que marcaron la vida de aquellos que estuvieron cerca de la fama.