Una escalofriante batalla se desató en las calles de Elota, Sinaloa, cuando las fuerzas federales, bajo el mando del Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, se enfrentaron a un grupo de pistoleros ligados a los “Chapitos”, el famoso cártel de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán. El tiroteo dejó un saldo de al menos 34 muertos, entre los cuales se encuentran tanto sicarios como oficiales.

El violento enfrentamiento ocurrió en la madrugada, cuando los pistoleros, fuertemente armados, intentaron repeler el avance de las fuerzas federales en un operativo de captura contra miembros del cártel. Los sicarios, en un intento desesperado por escapar, bloquearon las principales avenidas de Elota y abrieron fuego contra los oficiales, lo que desató una confrontación sangrienta. La batalla, que duró varias horas, obligó a las autoridades a desplegar refuerzos para contener la violencia.

Los helicópteros de combate y unidades blindadas fueron esenciales para controlar la situación. Durante el intercambio de disparos, las fuerzas federales lograron neutralizar a un número significativo de los pistoleros, mientras que varios miembros de las fuerzas de seguridad también resultaron heridos. La operación, sin embargo, dejó una estela de dolor y muerte en el municipio.

El incidente en Elota ha desatado una ola de reacciones en todo el país, poniendo en evidencia la creciente violencia que enfrentan las autoridades en su lucha contra los cárteles de droga. La cifra de muertos, escalofriante, recuerda el feroz poder de los grupos criminales, pero también la determinación del gobierno de Harfuch por mantener el orden a toda costa.