Nacida el 26 de febrero de 1927 en Guadalajara, Jalisco, México, María Victoria Gutiérrez Cervantes creció en una familia numerosa y modesta, siendo la menor de seis hermanos. Su infancia estuvo marcada por la falta de recursos económicos y una educación limitada, completando solo el primer año de primaria. Sin embargo, su resiliencia y talento la llevaron a incursionar en el mundo del espectáculo, primero en las carpas y luego en el teatro y la música.
El inicio de su carrera fue difícil, con pagos modestos y muchas limitaciones. Pero con el tiempo, su talento fue reconocido, especialmente por su trabajo en los cabarets más prestigiosos de la Ciudad de México, como El Patio, donde conoció a figuras de renombre como Agustín Lara y Tin Tan. A pesar de las críticas de algunos sectores conservadores de la sociedad por sus elecciones de vestuario y actuaciones audaces, María Victoria supo sobreponerse y convertirse en un ícono de estilo y glamour.
Su carrera en la música también fue prolífica, con una serie de éxitos y colaboraciones que le aseguraron un lugar destacado en la industria. Asimismo, su transición al cine y la televisión fue igualmente exitosa, alcanzando gran popularidad con la serie “La Criada Bien Criada”, donde interpretaba a Inocencia, un personaje que la consolidó como una de las favoritas del público.
A pesar de todo este éxito, la vida de María Victoria ha tenido momentos de dificultad. Las críticas hacia su estilo y los prejuicios por su origen humilde siempre la acompañaron, pero ella supo mantener una actitud fuerte y determinada. Hoy, con más de 90 años, su vida sigue siendo un testimonio de lucha y talento, aunque sus últimos años no han estado exentos de tristezas y desafíos propios de su avanzada edad.
A través de su vida y obra, María Victoria no solo ha entretenido a generaciones de mexicanos, sino que también ha demostrado una inquebrantable dedicación a su arte, dejando un legado imborrable en la cultura de México.