Diez años después de su separación, doña Rosa Saavedra compartió su testimonio públicamente, con el fin de ayudar a otras mujeres a identificar cuándo es necesario divorciarse.

Días después de que el cuarto de sus hijos, el cantante Lupillo Rivera, anunciara que se divorcia, es su madre, doña Rosa Saavedra quien decidió romper una década de silencio sobre lo que fue su relación con el patriarca de la familia, don Pedro Rivera, con quien estuvo casada 42 años.

Entrevistada por su hija Rosie Rivera y su yerno Abel Flores, en el podcast ‘The Power of Us’, doña Rosa expresó que le tomó tiempo abrirse al público porque “muchas veces somos juzgados… (la gente reacciona diciendo) mira qué mensa o mira qué tonta o mira qué abusiva. Entonces, dice uno, mejor me callo”.

Conoce a la familia de Jenni Rivera

En su caso, nunca se sintió “tonta”. Al contrario, durante su matrimonio hubo momentos en que se sintió “humillada. Me sentía desprotegida, me sentía que no tenía quién me ayudara. La única que podía ayudarme era yo misma”.

Entrevistada por su hija, la madre de la fallecida Jenni Rivera contó que se unió a don Pedro cuando ella tenía 15 años y él 16. Dos años después, teniendo a sus hijos Pedro Jr. y Gustavo, fue la primera vez en que ella sintió que había pasado algo extraño entre su esposo y otra mujer. Estaban en una feria, llevando a los niños “a los caballitos” cuando una desconocida le pasó por el lado a su marido y le tocó el trasero. “Oye, ¿por qué te tentó esa mujer?”, recordó que le preguntó, a lo que él replicó “ah, no sé”.

Todavía vivían en México y aunque recién construían su familia, don Pedro comenzó a no llegar su casa. La lógica le decía a doña Rosa que quien “no va a dormir a su casa es porque duerme en otro lado”. Pero, como no tenía pruebas de que algo malo estuviese pasando, toleró, confió y creyó en el hombre que le había jurado amor eterno.

Buscando un mejor porvenir, tomaron la decisión de mudarse a los Estados Unidos. Don Pedro Rivera viajó antes y ella lo seguiría. En ese entonces se enteró de que estaba embarazada de Jenni, a quien el mundo conoció años después como ‘la Diva de la Banda’.

Ya en Los Ángeles y con tres niños, los problemas del matrimonio se incrementaron. “Me daba mis cachetadas, me golpeaba” y por cualquier cosita le buscaba un motivo para comenzar a pelear. Al poco tiempo, doña Rosa se enteró de que él la estaba engañando con una mujer de 40 años, que trabajaba en la misma fábrica que ella.

Entre risas compartió cómo supo de la existencia de esa otra. “Un hombre habla dormido y cuando habla dormido le cachas todo, todo. Así supe. Era una mujer casada. Dijo Marta y se llamaba Marta Paredes”. Cuando lo confrontó, él se lo negó todo. Pero un día fueron Pedro Jr. y Gustavo quienes le soltaron todo el asunto a su mamá: “Fuimos a la fábrica, es que m i papi tiene una novia allí“.

¿Qué dijo don Pedro sobre lo que contaron sus hijos? “Esas son mentiras, tú sabes como son los niños” y así despachó el asunto. Doña Rosa admitió que se moría de “ganas de que me dijera ‘sí es cierto y qué'”, pero el productor musical jamás aceptó sus traiciones.

“Cuando estaba embarazada de Juan (el más pequeño de sus seis hijos), tenía una amiga que era madrina de Jenni, de la comunión, y también con ella se metió. La agarré la corrí de la casa y a él también le dije. Ella me lo negó también. Yo (desde la ventana de su casa) miré pruebas de que sí; la camiseta (de él) manchada de (el maquillaje de) la mujer y todo”, describió doña Rosa, como si hubiese sido ayer.

Una y otra vez, la mujer consideraba la idea de salir de esa relación, de dejarlo. ¿Por qué no lo hacía? Por lo mismo que muchas otras en su posición: “No quería darle un padrastro a mis hijos, no quería que sufrieran hambre, no quería que sufrieran sin un padre y que me echaran después la culpa y me dijeran ‘mire, por su culpa no vivimos con nuestro padre”.

Libre, gracias a Dios y a su hija Jenni

Sus seis hijos crecieron e hicieron sus vidas. La situación económica de los Rivera finalmente se estabilizó, pero el patriarca seguía tan ojo alegre como siempre. Un día, ya harta, doña Rosa le contó a su hija Jenni lo que le estaba pasando. “Yo ya sabía quién era la mujer” y se lo dijo, pero ‘la Diva de la Banda’ no estaba tan convencida de que fuera cierto pues se trataba de la esposa de un amigo de su papá.

Jenni Rivera contrató al mismo detective que le ayudó a desenmascarar a su segundo exmarido Juan López y en cuestión de días todo quedó evidenciado. La mujer, esta vez una más joven, había enamorado a don Pedro.

“Se enamoró, porque ya de viejos se enamoran, porque ya no rinden igual“, dijo en un tono jocoso que contrastó con la forma en que Rosie Rivera recordó a esa dama. “Con todo respeto, era un asco. Tiene dos años más que yo (38 años), pero es alta, grande, con una espalda ancha, como un jugador de fútbol. Apestaba su aliento, no era atractiva, (era) así como cuadrada, no delgada, ‘she looks like a dude’, no era bonita. Yo, hasta la fecha, no entiendo”.

Más incomprensible resultó que “ella tuvo un hijo. El hijo de mi papá”, declaró Rosie, quien dejó claro que no tiene una relación de hermanos con ese niño, ya adolescente y llamado Juan Carlos. “No le tengo coraje al joven pero tampoco le tengo amor y cariño”, abundó.

Para doña Rosa, cuando él “tuvo el hijo, mi corazón dijo ‘bye, bye'”.