Francisca Lachapel ha hablado abiertamente sobre los cambios que ha vivido en su vida personal desde que alcanzó la fama.

Uno de los momentos más importantes fue su decisión de separarse de su exmarido, Rocky Lachapel, y posteriormente casarse con Francesco Zampogna.


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Aunque no ha dado todos los detalles sobre su divorcio, ha insinuado en varias entrevistas que la relación con Rocky comenzó a deteriorarse a medida que ella experimentaba un crecimiento personal y profesional.

El éxito de Francisca tras ganar Nuestra Belleza Latina marcó un cambio radical en su vida.

Su carrera despegó, trayendo consigo nuevas responsabilidades y compromisos que pudieron haber afectado su matrimonio.

Entre los viajes y las exigencias del trabajo, es probable que la relación se haya desgastado y que ambos hayan comenzado a tomar caminos diferentes en ese momento de sus vidas.

Cuando Francisca conoció a Francesco Zampogna, su situación era muy diferente.

Para entonces, había alcanzado una mayor madurez tanto en lo personal como en lo profesional.


Este nuevo inicio le permitió encontrar en Francesco a alguien que no solo la apoyaba en su carrera, sino que también se complementaba bien con su estilo de vida. Esto marcó una diferencia significativa en su relación.

Francisca ha expresado en varias ocasiones que Francesco ha sido una fuente constante de apoyo y estabilidad.

Él le ha brindado comprensión y la ha acompañado en sus desafíos profesionales, lo que ha sido fundamental para ella.

Estas cualidades fueron clave para que decidiera dar el siguiente paso y formar una familia junto a él.

El crecimiento acelerado que Francisca experimentó en su carrera también afectó las dinámicas en su vida amorosa.

Mientras que su relación con Rocky no sobrevivió a los cambios que ella vivió, Francesco ha sabido acompañarla en su trayectoria, ofreciendo el apoyo que necesitaba para continuar creciendo sin perder el equilibrio personal.