La relación entre el Rey Carlos III y la Reina Camila ha sido objeto de controversia a lo largo de los años. La pareja mantuvo una relación mientras Carlos aún estaba casado con la Princesa Diana, lo que supuestamente afectó profundamente a Diana durante sus últimos años. Incluso, en una entrevista en 1995, Diana mencionó el asunto a un joven príncipe William.

Tras la trágica muerte de Diana en un accidente de coche en 1997, Carlos y Camila comenzaron a verse oficialmente dos años después. Carlos, consciente del impacto emocional en sus hijos, decidió esperar hasta que fueran adultos para casarse con Camila.

Camila ha demostrado ser una compañera leal y ha desempeñado sus deberes reales con gracia, ganándose su lugar en la familia real. Sin embargo, la relación entre Camila, el Rey Carlos y los príncipes William y Harry ha sido objeto de especulaciones, especialmente tras las declaraciones de Harry en las que defendió a su madrastra, afirmando que ella no era una “madrastra malvada”, sino una mujer que ha hecho muy feliz a su padre.

Aunque tanto William como Harry han expresado amor y respeto hacia Camila, se ha informado que ambos no deseaban que ella tuviera el título de “reina” cuando su padre ascendiera al trono. Sin embargo, la Reina Isabel II mostró su apoyo a Camila para que ostentara dicho título.

Camila también ha demostrado ser firme en sus funciones familiares. En el libro Catherine, The Princess of Wales: The Biography, se relata un episodio en el que Camila recordó sutilmente a William y Kate que debían respetar el estatus real de Carlos. Cuando el príncipe y su esposa se retrasaron en un evento conjunto, Camila insistió en que Carlos debía marcharse sin ellos, enfatizando la importancia de honrar el tiempo del rey.

A pesar de momentos como ese, se ha destacado la buena relación entre Camila y Kate, ambas comprometidas con sus roles en la monarquía.