A los 69 años, Lucía Méndez hace una confesión que impacta y sorprende al público, revelando aspectos profundos de su vida que pocos imaginaban.
Lucía Méndez, a sus 69 años, sigue capturando la atención del público y revelando detalles de su vida que muchos desconocían. Con una carrera que se extiende a lo largo de décadas, la icónica actriz y cantante mexicana se ha ganado el corazón de sus seguidores en México y más allá, gracias a su carisma y talento indiscutibles. Recientemente, Méndez ha compartido reflexiones personales y noticias sobre sus proyectos actuales, demostrando que sigue siendo una de las figuras más queridas y relevantes del entretenimiento en su país.
Méndez comenzó su trayectoria en 1972 cuando fue galardonada como la “Cara de El Heraldo de México,” un reconocimiento que impulsó su carrera en la televisión. Su debut llegó en la telenovela Muchacha italiana viene a casarse, y poco después obtuvo gran notoriedad en Paloma, lo que la llevó a recibir el premio Calendario Azteca como la revelación televisiva del año. A partir de ese momento, Lucía Méndez empezó a consolidarse como una de las actrices favoritas del público, participando en telenovelas que hicieron historia, como Viviana en 1978, Colorina en 1980, y Tú o nadie en 1985. Con cada actuación, Méndez cautivaba a la audiencia, y su popularidad trascendía fronteras.
Uno de los momentos más emblemáticos de su carrera llegó en 1984, cuando se convirtió en la primera actriz hispana en tener una estatua en el Museo de Cera de Hollywood, un hito que subrayó su impacto en la cultura latina. Al mismo tiempo, su presencia en la televisión mexicana la consolidaba como una verdadera diva del entretenimiento. En la telenovela El extraño retorno de Diana Salazar de 1988, Lucía encarnó un papel lleno de misterio y drama, respaldado por el tema principal escrito por Juan Gabriel, lo que le valió otro premio ACE como Mejor Actriz. Esta producción fue un éxito rotundo y se convirtió en uno de los trabajos más recordados de Méndez.
Además de su éxito en televisión, Lucía Méndez ha tenido una destacada carrera musical. Su tema Corazón de Piedra se convirtió en un himno y la llevó a ser nominada al Grammy, lo cual le otorgó un reconocimiento en la industria musical. Sus álbumes continuaron recibiendo aplausos y su música era escuchada en toda América Latina. En los años 90, Méndez continuó enfrentando desafíos con papeles complejos en producciones como Amor de nadie, donde abordó temas innovadores y socialmente importantes como el enfermedad del siglo, filmada en varios países europeos. También hizo historia al mudarse a Miami en 1992 para protagonizar María Elena en Telemundo, lo cual le costó una prohibición en Televisa durante 15 años, aunque esto no detuvo su carrera.
Méndez ha demostrado que, además de actriz y cantante, es una persona comprometida con su familia y su fe. Recientemente, en una entrevista desde el piso 25 del Hotel Fiesta Americana Reforma, habló sobre sus “tres grandes amores.” Recordó a su primer amor, un joven italiano llamado Romano, su amor imposible, que confesó ser Brad Pitt, y finalmente, su amor eterno: Dios. En esta misma entrevista, mencionó estar completamente feliz y realizada con su vida y su carrera, destacando la importancia de su fe en su desarrollo personal.
Lucía Méndez también habló sobre su próximo proyecto en el musical Vedette, un espectáculo único de cabaret en el que está completamente involucrada. Aunque no produce la obra, ha colaborado en la selección de las canciones y el vestuario, aportando su toque personal y profesional. Con un equipo armonioso, Méndez está emocionada de ofrecer una experiencia que promete ser inolvidable para el público. “El día que no me ponga nerviosa, estaré perdida,” confesó, destacando su entusiasmo por seguir en los escenarios y su deseo de conectar íntimamente con el público en este nuevo espectáculo.
En cuanto a su vida personal, Méndez ha tenido romances con figuras importantes del entretenimiento, como Valentín Trujillo y Pedro Torres. También compartió un vínculo especial con Luis Miguel, aunque las diferencias de edad y perspectivas de vida terminaron separándolos. En una entrevista, recordó una noche en la que se emborracharon juntos mientras él pasaba por un momento difícil debido a la desaparición de su madre. Méndez habló con franqueza sobre la relación y mencionó que aunque sentía un gran cariño por Luis Miguel, el destino los llevó por caminos distintos.
Con una vida llena de altibajos, Lucía Méndez ha aprendido a sobrellevar la fama y las exigencias de ser una diva. Admitió que mantener una imagen perfecta es un desafío constante, ya que el público siempre espera que luzca radiante e impecable. “El dolor de ser la diva de México es que la gente siempre espera que te veas divina,” comentó en una entrevista. A pesar de esto, Méndez mantiene una actitud positiva y sigue trabajando en proyectos que la apasionan.
Lucía Méndez también ha compartido anécdotas inolvidables, como una noche en la que fue a cenar con la icónica actriz María Félix. En esa ocasión, Félix la embriagó con tequila hasta el punto de que ambas tuvieron que ser sacadas en brazos del lugar. La amistad con María Félix fue muy significativa para Méndez, quien admiraba profundamente a “La Doña” y compartió que Félix incluso llegó a considerar la posibilidad de que Méndez fuera su nuera.
Hoy en día, a pesar de algunos problemas de salud que la han llevado a hospitalizarse, Lucía Méndez sigue siendo una figura vibrante en el mundo del espectáculo. Recientemente sufrió una caída en el escenario mientras cantaba, pero se levantó y continuó su show, demostrando una vez más su profesionalismo y dedicación. A lo largo de los años, Lucía Méndez ha enfrentado críticas y ha sido objeto de controversia, pero su legado permanece intacto.
Con una carrera que ha marcado la cultura mexicana, Lucía Méndez sigue reinventándose y encontrando nuevas maneras de sorprender a su audiencia.