El Secreto que Eulalio González “Piporro” Reveló sobre Pedro Infante Antes de Fallecer
Hace más de dos décadas, el mundo del espectáculo perdió a Eulalio González, mejor conocido como “Piporro”, un ícono del cine y la radio en México. Sin embargo, antes de su partida, dejó al descubierto un dato conmovedor sobre su entrañable amigo y mentor, Pedro Infante, uno de los máximos exponentes de la Época de Oro del cine mexicano. Su relación trascendió lo profesional, ya que Infante desempeñó un papel clave en el desarrollo de la carrera de González, convirtiéndose en su guía artístico.
Los Inicios de una Leyenda
Eulalio González Ramírez nació en 1921 en Los Herreras, Nuevo León. Su infancia estuvo marcada por frecuentes mudanzas debido al trabajo de su padre como oficial de aduanas. Estas experiencias le permitieron conocer distintas tradiciones y géneros musicales, especialmente los del norte de México. Aunque su familia esperaba que se convirtiera en médico, él encontró su verdadera vocación en la comunicación y el periodismo. Comenzó su trayectoria escribiendo en el periódico El Porvenir y más tarde incursionó en la radio como locutor en Monterrey.
Fue durante esta etapa cuando conoció a Pedro Infante, un joven cantante con un talento innegable pero aún lejos de la fama. González, reconociendo su potencial, comenzó a presentarlo en eventos locales, dando inicio a una amistad y una alianza profesional que marcarían el destino de ambos.
Pedro Infante: Padrino Artístico de Piporro
Infante no solo impulsó la carrera de González, sino que también lo invitó a participar en importantes proyectos, como la radionovela Ahí viene Martín Corona. Gracias a esta colaboración, González tuvo la oportunidad de incursionar en el cine, debutando en la adaptación cinematográfica de la radionovela en 1952. Aunque el papel representaba un desafío, al requerir que interpretara a un personaje mucho mayor que su edad real, con el apoyo de Infante y técnicas de maquillaje, logró consolidar su actuación y su lugar en la industria del entretenimiento.
Entre 1952 y 1957, González participó en más de 20 películas, muchas de ellas junto a Pedro Infante. Producciones como Cuidado con el amor, Los gavilanes y Escuela de música lo catapultaron a la fama. Su actuación en Píntame angelitos blancos le valió una nominación al Premio Ariel, y más tarde fue galardonado como Mejor Actor de Reparto por Espaldas mojadas en 1956.
Un Artista Multifacético
Más allá del cine, González demostró ser un talento versátil: cantante, compositor, guionista, director y bailarín. Uno de sus proyectos más emblemáticos fue la película El Pocho, en la que asumió múltiples roles y recibió el premio Diosa de Plata por su interpretación. Su estilo único, basado en la autenticidad y en la conexión con el público, lo convirtió en una figura inolvidable de la cultura mexicana.
La Amistad que Trascendió el Tiempo
La relación entre Pedro Infante y Eulalio González no se limitó al ámbito profesional. En un emotivo reencuentro en la Ciudad de México, Infante demostró su humildad al reconocer a González entre la multitud y llamarlo a su camerino, reforzando el lazo de respeto y admiración mutua. Como muestra de gratitud, González compuso El Gorgorello, una canción que celebraba la amistad y la camaradería. En respuesta, Infante grabó el tema bajo el sello Peerless, consolidando aún más su vínculo.
Sin embargo, la tragedia llegó el 15 de abril de 1957, cuando Pedro Infante perdió la vida en un accidente aéreo cerca de Mérida, Yucatán. Su muerte dejó un profundo vacío en la industria del entretenimiento y en sus seres queridos, incluido Eulalio González. A pesar del dolor, su amistad y legado permanecieron vivos a través de las innumerables colaboraciones y memorias compartidas.
Un Legado que Vive en la Historia
La conexión entre “Piporro” y Pedro Infante no solo dejó huella en la Época de Oro del cine mexicano, sino que también sigue inspirando a generaciones de fanáticos que celebran su contribución a la música y el cine. Su historia es un testimonio del impacto que pueden tener el talento, la amistad y la lealtad en el mundo del entretenimiento.
A más de 60 años de la partida de Pedro Infante y 21 años después del fallecimiento de Eulalio González, su legado continúa vigente en el corazón de quienes recuerdan con cariño a estos dos gigantes del arte mexicano.
