“La princesa Ana se une al rey Carlos para retirar los deberes reales de Camila por temores”
La reciente coronación de Camila Parker Bowles como reina ha desatado una tormenta en la familia real británica. Informes aseguran que su comportamiento ha generado tensiones significativas, llevando al rey Carlos III y a la princesa Ana a tomar medidas drásticas: despojarla de sus deberes reales y confinarla a Clarence House. ¿Qué desencadenó esta decisión? Rumores de codicia y temores por la privacidad real están en el centro del escándalo.
Un conflicto de poder y riqueza
Fuentes cercanas revelan que Camila intentó convertir la finca de 28 mil millones de libras de la reina en activos personales, amenazando con exponer secretos reales comprometedores si se le negaba. Esto devastó a Carlos, quien siempre la había valorado. La sospecha creció tras un accidente ecuestre de Ana, una experta amazona, que algunos vinculan a la oposición de esta a la queenship de Camila. Furioso, Carlos actuó con apoyo de Ana, limitando el rol de su esposa en la monarquía y avivando rumores de una lucha interna por el poder.
La compra de Old Mill: amor o favoritismo
El rey gastó 3 millones de dólares de sus fondos privados para adquirir Old Mill, una propiedad vecina a Ray Mill House, el refugio privado de Camila en Wiltshire desde 1995. La reina, de 77 años, estaba angustiada ante la posibilidad de que Old Mill se convirtiera en un lugar de bodas, con multitudes invadiendo su santuario. “Ella ama sus caballos, pasear a sus perros y estar con su familia”, dijo una fuente. Aunque el gesto fue un acto de amor —asegurando su privacidad sin fondos públicos—, desató resentimientos. El príncipe Andrés, en disputa con Carlos por asuntos financieros, y Harry, distanciado, criticaron este gasto millonario mientras ellos enfrentan restricciones económicas.
Tensiones familiares al rojo vivo
Con un patrimonio estimado en 750 millones de dólares, los 3 millones son una gota en el cubo para Carlos. Sin embargo, el contraste entre su generosidad hacia Camila y su austeridad con sus hermanos ha profundizado la brecha familiar. Para algunos, es una prueba conmovedora de su devoción, especialmente tras el apoyo de Camila durante su batalla contra el cáncer. Para otros, es un favoritismo descarado que amenaza la estabilidad de la monarquía. “Es una solución pragmática y una inversión inteligente”, afirmó un insider, pero las críticas internas persisten.
Ray Mill House: un refugio en jaque
Camila adquirió Ray Mill por 850,000 dólares tras su divorcio en 1995. Con jardines de 12 acres y una piscina privada, este retiro de estilo italiano es su escape. Aunque ya no es su residencia principal —divide tiempo entre Highgrove y Clarence House—, su valor emocional es inmenso. La decisión de Carlos de protegerla podría alejar aún más a sus hermanos, mientras la monarquía enfrenta un 2025 lleno de incertidumbre.
