La Triste Historia de Ramón Ayala: Todos sus Secretos al Descubierto
Ramón Ayala, conocido como el “Rey del Acordeón”, nació el 8 de diciembre de 1945 en Monterrey, Nuevo León, México. Cuarto de nueve hermanos, creció en una familia humilde, cosechando algodón y enfrentando pobreza extrema, lo que le impidió terminar sus estudios básicos. Sin embargo, su destino cambió cuando, a los cinco años, su padre le regaló un acordeón y le enseñó a tocarlo. A los siete, ya era un virtuoso, acompañando a su padre en cantinas por tres pesos la canción, sembrando así su amor por la música norteña.
En 1960, la vida de Ramón dio un giro: su familia se separó, con su padre mudándose a McAllen, Texas, y él quedándose en Reynosa con su madre. Para sobrevivir, trabajó como limpiabotas, pero su pasión lo llevó al bar Cadillac, un refugio de músicos. Allí conoció al dúo Carta Blanca, formado por Cornelio Reina y Juan Peña. Tras insistir, le permitieron tocar una polca, “Rosa Ana”, dejando a todos asombrados. Aunque el sindicato de músicos de Reynosa le negó el permiso por ser menor, sus amigos abogaron por él hasta que lo consiguió. Homero Guerrero, de Los Cadetes de Linares, le dio su primera gran oportunidad.
Pronto, Cornelio Reina lo invitó a formar Los Relámpagos del Norte tras separarse de Peña. Juntos, revolucionaron la música norteña, viviendo en una humilde casa de caña y tierra. Sin embargo, la vida con Reina fue difícil: su alcoholismo y ausencias lo complicaban todo. A pesar de ello, en 1964, un encuentro fortuito en el Ice Bar con Paulino Bernal, del Conjunto Bernal y socio de Vago Records, les abrió las puertas para grabar. Sus primeros sencillos no triunfaron, pero con “Ya No Llores” alcanzaron la fama, consolidándose con éxitos como “Celos Santos” y “El Coyote”.
La separación de Los Relámpagos en 1971 trajo rumores de un romance de Ayala con la esposa de Reina, algo que él desmintió, asegurando que fue amistosa. Entonces fundó Los Bravos del Norte, logrando éxitos como “Ni por Mil Puñados de Oro”. Su carrera creció con discos de oro, pero no sin tropiezos: en 1988, Eliseo Robles lo abandonó abruptamente, y en 2009 fue detenido en Morelos por tocar en un evento vinculado al crimen organizado, aunque fue liberado sin cargos.
A sus 79 años, Ayala sigue brillando. Su gira “El Principio de un Final” y planes de duetos con artistas como Pepe Aguilar o reggaetoneros muestran su vigencia. Además, su fe y generosidad destacan: organiza posadas anuales en Hidalgo, Texas, para niños necesitados. Pese a la pobreza, escándalos y la pérdida de su hermano José Luis en 2020 por COVID-19, Ramón Ayala sigue siendo un ícono, demostrando que la pasión y la resiliencia pueden superar cualquier adversidad.
