El 20 de mayo de 2012, el mundo de la música sufrió una gran pérdida con la muerte de Robin Gibb, una de las voces más icónicas de los Bee Gees. Robin, quien con sus hermanos Barry y Maurice, se convirtió en una de las bandas más influyentes de todos los tiempos, falleció a los 62 años, después de una dura y valiente lucha contra el cáncer, la neumonía y la insuficiencia renal. Su muerte, aunque esperada debido a su delicado estado de salud, dejó una profunda huella en la industria musical y en todos aquellos que crecieron con su música.
Los Últimos Días de Robin Gibb
Robin Gibb fue diagnosticado con cáncer de colon en noviembre de 2011, un cáncer que se había extendido al hígado. Aunque en un principio parecía tener la situación bajo control, las complicaciones continuaron. En agosto de 2010, Robin había sido sometido a una operación para tratar una obstrucción intestinal, una condición que también afectó a su hermano Maurice en 2003. Durante esa operación, los médicos descubrieron un tumor, y el diagnóstico de cáncer fue confirmado.
A pesar de la gravedad de su enfermedad, Robin se mostró optimista sobre su recuperación. En febrero de 2012, incluso comentó que había sido operado para extirpar el tumor y que se sentía “fantástico”. Durante las primeras semanas del año, parecía estar en remisión, y su estado de ánimo fue positivo. Sin embargo, todo cambió en abril de ese mismo año, cuando sufrió una grave recaída.
El cantante cayó en coma durante varios días, un estado que desconcertó a su familia y al público. El Dr. Andrew Thillainayagam, su médico, explicó que, aunque Robin estaba consciente y lúcido, su estado seguía siendo crítico debido a la neumonía y la insuficiencia hepática, complicadas por las agresivas sesiones de quimioterapia y dos cirugías de emergencia.
Aunque parecía haber una pequeña mejora, los médicos pronto informaron que la causa de su deterioro era la insuficiencia renal, un problema secundario, pero devastador, que finalmente le costó la vida en mayo de 2012.
La Relación con sus Hermanos: Amor y Conflictos
Los hermanos Gibb, famosos por su música, también vivieron una relación compleja, marcada por momentos de desacuerdos y conflictos personales. A lo largo de su carrera, la banda experimentó varias separaciones, sobre todo después de los primeros éxitos en los años 60, cuando Robin y Barry, a menudo, chocaban sobre el liderazgo y el futuro musical de los Bee Gees. A pesar de estos conflictos, siempre permanecieron unidos por la música.
Tras la muerte de Maurice en 2003, el vínculo entre Robin y Barry se vio afectado. A menudo se decía que los dos hermanos no hablaban durante largos períodos, y que las tensiones no se resolvían completamente, especialmente con Robin buscando su propia independencia musical, mientras que Barry deseaba mantener a los Bee Gees como un colectivo unido.
Sin embargo, cuando la enfermedad de Robin avanzó, Barry y Robin pudieron reconciliarse. En sus últimos días, Robin expresó su pesar por la falta de tiempo juntos con su hermano. En una de las últimas visitas de Barry, Robin pudo despedirse de él, aunque también confesó que lo que más le dolía era la partida de Maurice, su gemelo, quien había sido su compañero inseparable durante toda la vida.
Los Últimos Momentos y el Legado de Robin Gibb
Los últimos momentos de Robin Gibb fueron profundamente emotivos. Su hijo Robin-John y su esposa Dwina lo acompañaron hasta el final, sosteniendo su mano y expresándole su amor en su último aliento. En su funeral, Barry dio un discurso lleno de dolor y arrepentimiento, lamentando no haber tenido una relación más cercana con su hermano en sus últimos años.
En las últimas semanas de vida, Robin fue capaz de pedir que su canción favorita, “How Deep Is Your Love”, sonara en su funeral, un testamento a su profundo amor por la música que lo definió y su relación con su hermano Maurice. Esta petición fue cumplida, y la canción fue la que marcó la despedida de un ícono.
Robin Gibb, quien había amasado una fortuna de 26 millones de euros, dejó un legado musical que continuará viviendo a través de sus canciones y de la influencia que los Bee Gees dejaron en generaciones de músicos y fanáticos alrededor del mundo. Sin embargo, la situación familiar tras su muerte también fue polémica. La hija que tuvo fuera de su matrimonio, donde el matrimonio era abierto, fue excluida de la herencia, lo que generó tensiones y controversias dentro de la familia.
Una Lección de Coraje y Supervivencia
Más allá de los conflictos personales y familiares, el legado de Robin Gibb es uno de increíble coraje y supervivencia. Su capacidad para continuar luchando, incluso cuando las probabilidades estaban en su contra, es un testimonio de su fuerza. Como Barry mencionó en su funeral, “si hay conflictos en sus vidas, desháganse de ellos”, un mensaje que refleja no solo su dolor, sino también la importancia de la reconciliación antes de que sea demasiado tarde.
Los Bee Gees fueron una parte fundamental de la historia de la música, y Robin Gibb, con su voz única y su contribución artística, sigue siendo recordado como una de las leyendas más grandes de la música pop y disco. Aunque su vida fue corta y estuvo llena de altibajos, su música permanece viva, recordándonos el poder de su talento y su legado inmortal.