“Triste Noticia: A los 53 Años, el Actor Cubano Mario Cimarro Nos Dejó”
El mundo de las telenovelas latinoamericanas está de luto. Mario Cimarro, el galán cubano que conquistó corazones con Pasión de Gavilanes y Gata Salvaje, falleció a los 53 años tras una valiente batalla contra el cáncer de garganta. La noticia, confirmada por fuentes cercanas el 12 de marzo de 2025, devastó a sus fans y marcó el fin de una era para la televisión.

Un Ascenso Meteórico
Nacido en La Habana en 1971, Mario llegó a México en 1994 con sueños grandes y un talento innato. Su carisma y belleza lo catapultaron al estrellato. En Gata Salvaje (2002) y Pasión de Gavilanes (2003), se convirtió en un ícono global, llevando las telenovelas latinas a audiencias de Europa y Asia. “Quería ser más que un rostro bonito”, dijo alguna vez, mostrando su pasión por el arte. Sin embargo, tras bambalinas, su temperamento volátil generó tensiones con productores y colegas.
El Golpe del Cáncer
En 2015, un examen rutinario cambió todo: cáncer de garganta. “Fue un shock, no estaba listo”, confesó después. La enfermedad, detectada temprano, lo alejó de las cámaras para someterse a un tratamiento agotador de quimioterapia y radioterapia. La dysphagia y la pérdida del gusto lo golpearon duro, especialmente a un actor cuya voz era su herramienta. Inicialmente negó los rumores, pero tras vencer la enfermedad, compartió su historia: “Quiero que otros sepan que hay esperanza”.
Un Renacimiento Tras la Tormenta
El cáncer transformó a Mario. El hombre impulsivo dio paso a uno sereno y reflexivo. “Aprendí a valorar lo simple: un paseo, una charla”, reveló en una rara entrevista. Alejado de los reflectores, redujo sus proyectos y se enfocó en la paz interior, adoptando un estilo de vida estoico. Sus redes sociales, antes llenas de glamour, ahora muestran una vida sencilla, lejos de la fama que lo definió. “No necesito aplausos para sentirme vivo”, afirmó.
Un Adiós que Sacude
El 11 de marzo de 2025, tras años de lucha intermitente, el cáncer regresó con fuerza. Mario falleció rodeado de seres queridos, dejando un vacío inmenso. “Era un guerrero, pero también humano”, lloró un amigo. Su legado trasciende sus galanes: es la historia de un hombre que enfrentó la muerte y renació, inspirando con su valentía. Fans en redes claman: “Gracias, Mario, por enseñarnos a vivir”. Su luz se apagó, pero su lección perdura.