En 1967, Italia fue sorprendida por una voz tan poderosa y emocional que resonaba en cada rincón del país. Sin embargo, lo que pocos saben es el largo y complejo camino que llevó a ese joven cantante de Puglia a convertirse en un ícono indiscutible. No solo conquistó la música, sino que, con cada nota, contó historias de lucha y pérdidas desgarradoras que marcaron su vida. Bienvenidos a la vida de Albano, el hombre que trascendió como un símbolo de resiliencia.
Imagen de Albano en su juventud, tocando la guitarra en los campos de su pueblo natal, Sellino San Marco.
Albano nació el 20 de mayo de 1943 en una familia humilde en el pequeño pueblo de Sellino San Marco, en Puglia. Entre las largas jornadas de trabajo agrícola, descubrió su amor por la música y, a los años, ya componía sus propias canciones, acompañando a su padre con su guitarra en el campo. En esos días soleados, su pasión por la música comenzó a tomar forma. Pero nadie podría haber imaginado que su destino lo llevaría a escenarios y desafíos tan grandes.
A los 17 años, Albano tomó la difícil decisión de dejar su hogar y mudarse a Milán, buscando un futuro mejor. En la gran ciudad, se enfrentó a nuevos retos, incluyendo un curioso malentendido sobre la palabra “ananás”, que confundió con un tipo de carne. Sin embargo, Milán fue también el lugar donde empezó a brillar su futuro en la música.
Imagen de Albano como camarero, sirviendo mesas en un elegante restaurante.
Fue trabajando como camarero en Milán donde conoció a Pino Sarà, un productor que quedó cautivado por su voz auténtica. Gracias a Sarà, Albano firmó su primer contrato y comenzó a grabar sus primeras canciones. Su camino al estrellato no fue fácil, ya que la competencia musical era feroz. Sin embargo, su gran oportunidad llegó en 1967 cuando su canción Nel Sole se convirtió en un éxito inmediato, vendiendo más de un millón y medio de copias y catapultándolo a la fama.
Pero con la fama llegaron nuevos desafíos. Cada movimiento, palabra y relación personal de Albano era analizada públicamente. Fue en medio de esa presión que conoció a Romina Power, hija de la estrella de Hollywood Tyrone Power. Su historia de amor se convirtió en una de las más admiradas de la época.
Juntos, formaron un dueto musical que conquistó al mundo con éxitos como Felicità y Nostalgia Canaglia. Sin embargo, el dolor golpeó su vida en 1994, cuando su hija mayor, Henia, desapareció en Nueva Orleans. La tragedia dejó una marca imborrable en su corazón y en su relación, que finalmente terminó en 1999 con su separación.
A pesar de todo, Albano continuó su vida y su carrera, formando una nueva familia con Loredana Lecciso y centrándose en sus viñedos en Puglia, donde produce su propio vino y aceite de oliva. Aunque su dolor nunca desapareció, encontró consuelo en su tierra natal.
Imagen de Albano en su finca en Puglia, rodeado de viñedos.
A lo largo de los años, Albano enfrentó graves problemas de salud, incluyendo un infarto en 2016 y una isquemia cerebral poco después. A pesar de estos golpes, su pasión por la música nunca flaqueó. En sus últimos años, ha seguido compartiendo su historia y música con el mundo, aunque también ha expresado su frustración por la falta de reconocimiento en la industria.
A los 80 años, Albano sigue siendo un símbolo de perseverancia. Su historia, llena de lucha, pérdidas y pasión, demuestra que la verdadera grandeza no está en no caer nunca, sino en levantarse cada vez más fuerte. Aunque la tecnología y el autotune han invadido la industria, Albano sigue siendo un defensor de la autenticidad en la música, un legado que continuará dejando huella.
Imagen final de Albano en el escenario, cantando para su público.
Con cada canción, Albano Carrisi nos recuerda que la música es mucho más que un entretenimiento: es la expresión de un alma que ha vivido, amado y luchado. Su vida es una lección de valentía, resiliencia y amor incondicional. En su finca en Puglia, Albano sigue siendo el hombre que nunca olvidó sus raíces, mientras la música sigue siendo su refugio y su forma de conectar con el mundo.
