El Último Triste Beso De Doña Cuquita A Vicente Fernández Que Todos Hablan: Así Fue Su Último Adiós
Quedará marcado como un día de profunda tristeza para toda la música mexicana y, en particular, para los millones de fanáticos de Vicente Fernández, quien tras varios meses de lucha en el hospital, dejó este mundo a los 81 años. En su adiós, el Coliseo de los Tres Potrillos, en el rancho que fue su refugio, se llenó de miles de personas que acudieron a despedir al hombre que dejó un legado imborrable en la música ranchera.
Durante las horas que duró la ceremonia, entre cánticos y gritos de cariño, se presentó un momento sumamente emotivo, uno de esos instantes que perdurarán en la memoria colectiva. Fue cuando Doña Cuquita, la mujer que estuvo a su lado por más de 50 años, se acercó al féretro de Vicente para darle su último adiós. Este último beso, el “último triste beso”, como muchos lo han denominado, no solo conmovió a los presentes, sino que también se convirtió en un símbolo de un amor que ni siquiera la muerte pudo separar.
La Historia de Amor Que Sobrevivió al Paso del Tiempo
Vicente Fernández y Doña Cuquita compartieron una historia de amor que parecía sacada de una canción. Criados en el mismo pueblo de Huentitán en Jalisco, México, jamás imaginaron que su destino los uniría para siempre. Vicente, como muchos saben, alcanzó la fama y el reconocimiento a nivel mundial, pero fue siempre la presencia de Doña Cuquita la que estuvo detrás de él, apoyándolo en cada paso, en cada escenario, y sobre todo, en los momentos más difíciles de su vida.
Su historia comenzó cuando Vicente la conoció siendo un joven, pero fue con el paso de los años cuando el amor floreció. A pesar de que en un principio él estaba muy enfocado en su carrera, y estuvo a punto de perderla por la distancia, finalmente, Vicente hizo lo que mejor sabía hacer: cantar su amor. Fue en una Navidad cuando Vicente, sintiendo que podía perderla, le propuso matrimonio. A partir de ese momento, nada ni nadie pudo separarlos.
Juntos tuvieron cuatro hijos: Vicente Jr., Alejandro, Gerardo y Alejandra, su hija adoptiva, quienes hoy son también pilares de su legado. A lo largo de su vida, Vicente siempre dejó claro que, de no haber sido por el apoyo de Doña Cuquita, su carrera no habría sido la misma.
En sus propias palabras, Vicente solía decir: “Creo que el 50% de mi éxito es gracias a mi esposa Cuquita, mi compañera, mi pilar”. A lo largo de su vida, Doña Cuquita fue el ancla que mantuvo a Vicente firme, tanto en los momentos felices como en los más difíciles.
El Último Adiós: El Triste Beso de Doña Cuquita
El día de su partida, el Coliseo de los Tres Potrillos se convirtió en un santuario donde los fanáticos, amigos y familiares se reunieron para rendir homenaje a uno de los artistas más grandes de la música ranchera. Miles de personas, algunas de ellas de pie durante varias horas, se unieron para cantarle a su ídolo, mientras la familia Fernández vivía un dolor indescriptible.
En ese emotivo escenario, Doña Cuquita fue, sin lugar a dudas, la figura central del adiós. Aunque se había mantenido firme durante toda la ceremonia, el momento más desgarrador llegó cuando ella se acercó al féretro de Vicente. Con sus manos temblorosas, le acarició el rostro, como si quisiera recordar cada uno de los momentos que compartieron durante su vida juntos. Con una mirada llena de amor y tristeza, se inclinó para darle un último beso.
Este acto, cargado de amor y dolor, se transformó en un símbolo de la fidelidad y el compromiso que los unió por más de 50 años. Fue un beso que dejó claro que ni la muerte podía separarlos.
En ese momento, el público presente rompió en vítores, y el nombre de Doña Cuquita comenzó a ser coreado con fuerza. Los fanáticos de Vicente Fernández no solo aplaudieron su talento, sino también la fuerza y dignidad de la mujer que siempre estuvo a su lado.
El Futuro De La Herencia De Vicente Fernández
Tras la partida de Vicente Fernández, surge la pregunta inevitable: ¿quién se quedará con su legado, su fortuna y su amado rancho, Los Tres Potrillos? Aunque en un principio se había especulado que su hijo Gerardo Fernández sería el encargado de administrar la herencia, se ha revelado que gran parte de los bienes de Vicente, incluyendo su rancho, pasarán a manos de Doña Cuquita, quien será la encargada de preservar el legado de su esposo.
Esto no sorprende a nadie, ya que Doña Cuquita ha sido un pilar fundamental en la vida de Vicente, y en la vida de su familia. Durante más de 50 años, ella ha sido la mujer que, detrás de cada éxito y cada triunfo, ha mantenido viva la esencia de Vicente, quien nunca dejó de expresar lo agradecido que estaba por su apoyo incondicional.
El Emotivo Homenaje de Alejandro Fernández
Tras el emotivo adiós de Doña Cuquita, su hijo Alejandro Fernández, conocido como “El Potrillo”, subió al escenario para rendir su propio homenaje a su padre. Conmovido por la despedida, Alejandro, acompañado de su familia, agradeció a todos los asistentes por su apoyo durante este difícil momento. Luego, entre lágrimas, Alejandro interpretó la canción que más identificó a su padre: “Volver, Volver”. Este gesto no solo fue un homenaje a la carrera de Vicente, sino también un momento de conexión profunda entre padre e hijo, un legado musical que sigue vivo.
El Último Descanso
Luego de la emotiva misa de despedida, el cuerpo de Vicente Fernández fue trasladado a un mausoleo dentro de Los Tres Potrillos, donde descansará junto a su familia. La ceremonia fue íntima y privada, pero la presencia de sus seres queridos y los recuerdos de su vida acompañaron cada paso. En esa misma eucaristía, se escucharon aplausos, lágrimas y, por supuesto, un profundo agradecimiento por el impacto que Vicente dejó en la cultura mexicana y mundial.
El Legado Eterno de Vicente Fernández
A través de su música, Vicente Fernández logró trascender fronteras y convertirse en un ícono de la música ranchera. Pero, más allá de su carrera artística, su amor por Doña Cuquita es lo que quedará en el corazón de todos los que lo admiraron. Un amor verdadero, que resistió las pruebas del tiempo y que, a pesar de la muerte, sigue vivo en los recuerdos de aquellos que lo conocieron.
Vicente Fernández siempre dijo que la muerte sería lo único que los separaría. Y aunque su partida dejó un vacío inmenso, está claro que el legado de Vicente y Doña Cuquita es eterno.