En un giro impactante y emotivo de los acontecimientos, el rey Carlos supuestamente rompió a llorar después de que los resultados de la prueba de ADN revelaran que el príncipe Harry no es su hijo biológico. Durante años, los rumores sobre la verdadera ascendencia de Harry habían circulado, alimentados por especulaciones y chismes. Sin embargo, a pesar de estas dudas persistentes, Carlos siempre había tratado a Harry como si fuera su propio hijo, llenándolo de amor y apoyo durante toda su vida.


Según fuentes cercanas a la familia real, el rey Carlos sospechaba desde hacía tiempo la verdad, pero decidió no afrontarla. “Sabía que Harry no es mi hijo, pero lo amo muchísimo”, habría confesado durante un momento íntimo con un confidente de confianza. Se dice que la revelación era una carga que Charles llevaba en silencio desde hacía mucho tiempo, ya que no quería alterar el delicado tejido de su familia, en particular con la turbulenta relación de Harry con los medios de comunicación y su creciente distanciamiento de la familia real.

Los resultados de ADN, supuestamente filtrados al público, apuntaban a que otro hombre era el padre biológico de Harry, aunque su identidad no ha sido confirmada oficialmente. James Hewitt, el ex oficial de caballería que tuvo una relación muy publicitada con la princesa Diana, ha sido objeto de mucha especulación. Sin embargo, durante décadas, Hewitt negó las afirmaciones, insistiendo en que su relación con Diana comenzó después del nacimiento de Harry. Esta nueva revelación, sin embargo, pone en duda la cronología y plantea la cuestión de si la narrativa pública fue cuidadosamente seleccionada para proteger la imagen de la familia real.

Cuando el rey Carlos recibió la confirmación a través de la prueba de ADN, fue un momento de intenso reconocimiento emocional. Los informes indican que Carlos se derrumbó, abrumado por una mezcla de dolor, traición y profundo afecto por el hijo que había criado. A pesar de los resultados, una fuente enfatizó que los sentimientos de Carlos por Harry nunca han sido condicionales. “Harry es mi hijo en todos los sentidos que importan”, se dice que comentó, secándose las lágrimas de los ojos. “Nada puede cambiar el amor que siento por él”.

Este momento de vulnerabilidad del monarca humaniza a un hombre que a menudo se considera distante y apegado al deber. Su relación con Harry, especialmente en los últimos años, ha sido tensa, ya que Harry se alejó de sus deberes reales y se mudó a los Estados Unidos con su esposa, Meghan Markle. Sin embargo, entre bastidores, parece que la devoción paternal de Charles siempre ha sido inquebrantable, incluso frente a verdades personales devastadoras.

La familia real ha afrontado muchas pruebas a lo largo de los años, pero esta revelación es quizás una de las más cargadas de emoción. Los rumores de larga data sobre la ascendencia de Harry ahora tienen un nuevo peso y ensombrecen la imagen pública de la monarquía. Sin embargo, para el rey Carlos, el enfoque parece permanecer en lo personal, no en lo político. Su amor por Harry trasciende los lazos biológicos y, a pesar del dolor que los resultados de la prueba de ADN pueden haber causado, Carlos parece decidido a mantener una relación con su hijo.

Este incidente también plantea cuestiones más amplias sobre la naturaleza de la familia y la paternidad. En un mundo en el que a menudo se hace hincapié en las relaciones de sangre, la respuesta de Carlos pone de relieve el vínculo emocional que supera a la genética. Para el rey, el amor que ha dado y recibido de Harry a lo largo de los años es más importante que cualquier prueba de ADN.

 

Aunque esta revelación puede provocar un debate público, dentro de los muros del Palacio de Buckingham, una cosa permanece clara: el corazón del rey Carlos está, y siempre estará, con Harry, sin importar el resultado de una prueba de ADN.