Sebastián Rulli, uno de los actores más queridos y admirados de América Latina, ha cautivado a sus fanáticos con su talento, carisma y presencia magnética en pantalla.

Conocido por sus actuaciones en exitosas telenovelas como Teresa y Lo que la vida me robó, la vida personal de Rulli también ha sido objeto de curiosidad, especialmente por su relación con Angelique Boyer. A lo largo de su carrera, Rulli ha construido una sólida reputación como un actor talentoso y comprometido, y a sus 49 años, finalmente ha compartido detalles íntimos sobre los momentos y personas que han marcado profundamente su vida.

Nacido en Buenos Aires, Argentina, Sebastián Rulli es el mayor de tres hermanos y, aunque inicialmente estudió administración de empresas, su vida tomó un rumbo distinto cuando se mudó a Europa y comenzó a modelar. Su pasión por el entretenimiento lo llevó a México, donde descubrió su amor por la actuación y decidió inscribirse en el Centro de Educación Artística de Televisa. Antes de establecerse en México, Rulli ya había tenido una formación actoral en Argentina, España e Italia, lo que lo preparó para enfrentar los retos de la industria de las telenovelas.

Su primer papel en México fue en Primer amor… a mil por hora en el año 2000, seguido de Sin pecado concebido y Clase 406, melodramas que rápidamente lo colocaron en el centro de la atención y lo consolidaron como uno de los galanes de la televisión mexicana. En 2004, su carrera despegó definitivamente cuando interpretó a Héctor en Rubí, protagonizada por Bárbara Mori, un papel que le dio fama a nivel internacional. Posteriormente, Rulli continuó participando en populares telenovelas como Contra viento y marea, Mundo de fieras, y Pasión, ampliando así su popularidad y prestigio en el medio.

La vida de Rulli no solo ha estado marcada por éxitos en su carrera, sino también por intensos romances. A mediados de 2012, fue vinculado sentimentalmente con Aracely Arámbula, a quien conoció en la obra Perfume de Gardenias. Rulli incluso llegó a tener una relación cercana con los hijos de Arámbula, fruto de su relación anterior con Luis Miguel. Sin embargo, para sorpresa de sus seguidores, en 2013 ambos anunciaron su separación. El actor argentino, en un mensaje en redes sociales, pidió respeto por su decisión, destacando que fue una separación de mutuo acuerdo y que ambos deseaban privacidad en este momento delicado.

Otra relación significativa en la vida de Rulli fue su matrimonio con Cecilia Galliano, con quien tuvo a su hijo Santiago en 2010. La pareja, que se casó en 2007, vivió un intenso romance y fueron considerados una de las parejas más admiradas del medio artístico. Sin embargo, con el tiempo, comenzaron a surgir problemas que afectaron su relación, lo cual finalmente los llevó a la separación. Cecilia explicó en entrevistas posteriores que su matrimonio se deterioró por diversos problemas acumulados y que, aunque hubo esfuerzos por salvarlo, no lograron encontrar una solución. A pesar de la separación, ambos han logrado mantener una relación cordial y colaborativa en la crianza de su hijo Santiago, quien vive con su padre y ha expresado interés en convertirse en youtuber.

La relación entre Rulli y Galliano fue una montaña rusa de emociones. Cecilia recuerda cómo él estuvo a su lado tras un aborto espontáneo antes del nacimiento de Santiago, un momento doloroso que la marcó profundamente. Años después, Galliano compartió que la separación también afectó a su hija Valentina, quien formó un lazo afectivo con Rulli durante su relación, considerándolo una figura paterna. La separación fue difícil para Valentina y, aunque no era su hija biológica, Rulli había desempeñado un rol fundamental en su vida, lo cual dificultó el proceso de ruptura para ella.

Sin embargo, uno de los capítulos más conmovedores en la vida amorosa de Sebastián Rulli es su relación actual con Angelique Boyer. Esta historia de amor comenzó en 2010 durante el rodaje de Teresa, donde ambos actores compartieron escenas que capturaron la química entre ellos. Sin embargo, en ese momento, Boyer estaba en una relación con el productor de la telenovela, y Rulli estaba casado con Galliano. Fue en 2013, durante las grabaciones de Lo que la vida me robó, que Rulli y Boyer retomaron el contacto en un contexto muy diferente. Ambos estaban solteros y su amistad se fue convirtiendo en algo más profundo.

En 2014, Boyer enfrentó la trágica pérdida de su madre debido a problemas de salud, y fue en ese momento cuando Rulli estuvo a su lado, brindándole consuelo y apoyo incondicional. La actriz admite que fue este gesto el que la hizo darse cuenta de que se había enamorado de él. En una entrevista, Boyer compartió que la paciencia y empatía de Rulli durante este tiempo difícil la conmovieron profundamente y fortalecieron su vínculo.

Desde entonces, Rulli y Boyer han demostrado que su relación va más allá de la pantalla. Ambos han trabajado en telenovelas como Tres veces Ana y Vencer el pasado, colaboraciones que han demostrado la armonía que tienen tanto en sus vidas personales como profesionales. A pesar de la presión pública para que se casen, la pareja ha dejado en claro que no sienten la necesidad de formalizar su amor mediante el matrimonio. En diversas ocasiones, Boyer ha explicado que viven felices manteniendo sus espacios personales y que no sienten urgencia por mudarse juntos o tener hijos.

Recientemente, durante una entrevista, Boyer y Rulli revelaron que prefieren mantener residencias separadas, algo que les ha permitido tener una relación equilibrada y libre de presiones. Boyer comentó que ambos tienen sus propias casas y que esa independencia es fundamental para su bienestar, mientras que Rulli agregó que su filosofía es que “la vida debe fluir sin forzar nada.”

Su historia de amor también ha llegado a los escenarios en la reciente producción de El extraño retorno de Diana Salazar, en la cual Rulli y Boyer interpretan a una pareja que se encuentra en diferentes épocas a lo largo de sus vidas pasadas. Para Rulli, este proyecto tiene un significado especial, pues admite creer en la posibilidad de vidas pasadas, lo cual lo lleva a pensar que él y Angelique podrían haber sido pareja en una vida anterior. En sus palabras, “la conexión que compartimos va más allá de esta vida,” lo que añade una dimensión mística y romántica a su relación.

A lo largo de los años, Rulli y Boyer han compartido momentos especiales con sus seguidores, quienes han sido testigos de su conexión profunda y genuina. Desde mensajes en redes sociales hasta fotos románticas, ambos expresan su amor de maneras que capturan la atención de sus seguidores, inspirándolos a creer en el amor auténtico. Para Rulli, el amor es algo que se vive y se expresa, no se analiza. Y para Boyer, el hogar no es un lugar, sino un sentimiento, una conexión única que ha encontrado en él.

La relación de Sebastián Rulli y Angelique Boyer es un recordatorio de que el amor puede tomar muchas formas y desafiar las expectativas convencionales. Juntos, han encontrado un equilibrio que les permite ser fieles a sí mismos, mientras apoyan el crecimiento y la felicidad del otro. Con casi una década de romance, su historia continúa inspirando a sus fanáticos, y el enfoque libre y genuino de su relación resuena profundamente con quienes los siguen.